¿Banquero? No, gracias
Por José Luis Muñoz , 4 diciembre, 2014
Imagino que recuerdan esa campaña publicitaria de Bankia, ex Caja Madrid, que lanzaron por todo lo alto para coger dinero a los incautos, es decir, para atracarlos y estafarles. Salían en los sospechosos anuncios una serie de tipos sonrientes, de todas las clases sociales, que decían a cámara Yo también quiero ser bankero, con K de Bankia. Me llamó mucho la atención ese tipo de campaña publicitaria en unos momentos en que esa profesión, la de banquero, ya sufría un desprestigio absoluto, pero hubo incautos que picaron y, como ratas al sonido de la melodía del flautista de Hamelín, invirtieron sus ahorros comprando acciones de esa entidad naufragada que entre todos hemos reflotado. El flautista era Rodrigo Rato tocando la campana, ¿recuerdan?, y haciendo el signo de la victoria o elevando el pulgar hacia el cielo: Lo he conseguido, he engañado a media España, se decía en esos momentos para sus adentros.
Yo nunca quise ser banquero, pero me voy a ir de este mundo sin algo mucho más honrado que fundar un banco, que es atracarlo. Hay en España demasiada gente que ha sido atracada por las instituciones financieras, que ha perdido su dinero en preferentes o en acciones de entidades que se manejaban con datos falsos no contrastados. Esos delincuentes de cuello blanco que nos han empobrecido a todos, empiezan a emprender, uno a uno, el camino hacia su nuevo hogar, la cárcel, gracias a unos jueces que, junto, con los periodistas de investigación, están salvando in extremis un sistema democrático tan deteriorado como el nuestro.
Llama la atención que uno de los responsables del desaguisado de Bankia sea uno de los expresidentes del FMI, organización bajo sospecha que tiene a tres de sus dirigentes procesados. Los peritos del banco de España acaban de decir que los últimos dirigentes maquillaron las cuentas de la entidad, es decir, las falsearon a propósito. La mafia del caviar y el avión privado.
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