EL PRIMER PASO DE LA GRAN MARCHA
Por Agustín Ramírez , 14 agosto, 2016
La primera acción política de calado tras las elecciones del 26J, continuación absurda de las del 20D, ha sido la presentación pública por parte de Ciudadanos de seis condiciones y una previa para negociar con el Partido Popular un acuerdo de investidura y dar así el primer paso, que de manera tan “galaico-oriental”, indicó el señor Rajoy como preludio de su “gran marcha”.
No me interesan tanto las condiciones y la consideración previa como la forma y el método; el que se establezca una fecha para la investidura solo quiere decir que la tomadura de pelo ya ha alcanzado los 50 días tras las elecciones y no parecen tener mucha prisa quienes exigen la imperiosa necesidad de formar un gobierno lo antes posible; sobre todo desde que la gran madrastra, la Unión Europea, lo haya pedido y, sin decirlo, exigido; el resto son una serie de seis vaguedades que solo impide su imposición el carácter corrupto de quien quiera impedirlo o su propia naturaleza que demanda de reformas constitucionales o que escapa al control del parlamento nacional y es privativo de parlamentos autonómicos. Todo este paripé no entra en el meollo de un programa de gobierno, de la aplicación en plazo de medidas concretas, de que reformas hacer o derogar; en definitiva un programa de gobierno, pero sí forma parte del gusto por la escenificación de grandes momentos por parte del señor Rivera.
Lo que realmente me interesa es destacar el hecho de dar publicidad al contenido de esas reuniones y que sirviese de ejemplo para que los diferentes partidos hiciesen algo semejante en aras de conseguir las posibles alianzas que numéricamente han dejado los resultados electorales.
El resto de los partidos han dado un paso atrás, han tomado la designación de Mariano Rajoy para la investidura como una señal de “todos quietos”, y han sido dominados por el silencio y la inanición. No ha habido reuniones ni conversaciones para tantear otras posibilidades, no ha habido propuestas concretas que sirviesen de base para algún programa de gobierno, todos se han echado a un lado, esperan resultados de las conversaciones entre PP y Ciudadanos para luego seguir manteniendo un no de manera numantina, de manera ideológica o ya se verá; recordemos que el señor Iglesias dijo que gobernar es decepcionar o que el señor Rivera dijo que en política hay que comerse muchos sapos, lo que en roman paladino significa que una cosa es lo que se dice en campaña y otra es lo que luego se hace, bien sea porque no se puede hacer más, porque no se quiere hacer más o porque no conviene hacer más.
Entretanto las fuerzas progresistas están desaparecidas: unos insisten en que “no es no”, otros reiteran que son los socialistas los que tienen que decidir y entre todos la mataron y el solito gobernó.
Ahora mismo el señor Rajoy ya ha declarado que no responderá al señor Rivera hasta después del miércoles 17 que se reúne su Comité Ejecutivo; aplazar esa respuesta siete días confirma que don Tancredo se movía más rápido que el señor Rajoy; aunque no hay que olvidar que su lentitud no es fruto de la pereza sino de una estrategia para ir quemando a su principal rival electoral.
Y mientras tanto, siguen vigentes todas las medidas tomadas por el gobierno del señor Rajoy que tanto critican el resto de partidos. Otra mentira más, si tanto las critican, muévanse, establezcan programas de mínimos para revertir la situación, déjense de venganzas aplazadas, personalismos para mantenerse en el machito y hagan algo los partidos desaparecidos, porque si a la certeza de que ir contra los dictados de la gran madrastra Unión Europea no es posible y hay que moverse en el carril que ellos imponen añadimos la inanición de los partidos, a los ciudadanos solo nos queda la alternativa de volverles a ustedes la espalda y volver al punto del NO NOS REPRESENTAN. Por favor, hagan ustedes algo por merecerse no ya el sueldo y las prebendas tan generosas que tienen sino por rescatar la ética y la moralidad de LO PÚBLICO.
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