MALAVITA
Por marthatena , 27 noviembre, 2014
“Saber cuánto vale tu vida es como saber cuándo vas a morir”
La película “Malavita” está dirigida por Luc Besson y escrita por Tony Benacquista. Se trata de una comedia negra, con una trama muy lineal, en la que destaca la gran interpretación de sus personajes.
El guión trata sobre una familia mafiosa que se encuentra dentro del programa de protección de testigos del FBI. Aunque la trama es lineal, la complejidad radica en las subtramas generadas a partir de ella y en los puntos del giro.
El guionista intenta explicar la vida personal de cada personaje, para que el espectador consiga una visión globalizada de la “familia mafiosa”. Es decir, en este caso “Malavita” coge uno de los fundamentos de la serie Los Soprano, contar cómo funciona la “Mafia” a partir de la intimidad familiar.
También, al comienzo de la película, el director utiliza un corte a negro, recordando al discurso de la serie de Los Soprano. Un comienzo impactante y con este corte a negro significa que el espectador empezará a ser parte de la historia de esta familia mafiosa. Pero, el metraje no solo tiene influencias de la serie de Los Soprano.
En las siguientes escenas se transmite la soledad del personaje de Robert de Niro- Fred Blake, antes Giovanni Manzoni- mediante la utilización de una luz tenue. Esa perfecta utilización de la luz y sombras unida a la interpretación del personaje nos recuerda a las primeras escenas de El Padrino de Coppola.
El guionista, a partir de este personaje, intenta dar una explicación de lo sucedido para que el espectador consiga seguir la trama sin ningún tipo de obstáculo. Para ello, Fred Blake se convertirá en el narrador de la historia de su familia. De la forma más sencilla. Fred encontrará una máquina de escribir y día tras día redactará su vida y la de su Familia. Como en su momento lo hizo Mario Puzo.
Esos “flash-back” recrean las reuniones de mafiosos mediante barbacoas familiares. Esos actos, que a su vez parecen inofensivos, se convierten en una auténtica comida de negocios. También cabe destacar la contraposición de luces y colores que se utilizan cuando se realizan estos “flash-back”. Por un lado, el personaje, cuando narra su historia, la cámara se sitúa detrás del personaje y haciendo un picado. Posteriormente, se va cerrando el plano hasta conseguir un primer plano de las manos de Fred y de las primeras líneas de su relato. Con estos cambios, el director intenta que el espectador se identifique y comprenda la actitud del personaje.
Pero, no es la única historia paralela a la trama que cuentan. La mujer de Fred, Maggie intenta integrarse en una forma de vida normal. Aunque, no la resulta tan fácil. En las primeras escenas la iluminación y el movimiento de cámara difieren mucho de las siguientes escenas. El desencadenante o el detonante para que esto ocurra es cuando Maggie se siente fuera de la sociedad. No encaja en su nueva vida. Quiere volver a ser Maggie Manzoni. Para ello, hace explotar un almacén de un supermercado. Y esto provocará la agresividad patente de cada personaje.
Cada personaje tiene un desencadenante que le convierte en lo que anteriormente era. El padre recrea con júbilo y nostalgia la vida como un capo de la mafia. La mujer quiere volver a esas reuniones mafiosas, con todo tipo de lujo.
Por un lado, estos dos personajes son típicos de películas de Coppola. Concretamente, de los personajes de Santino Corleone y Connie. Y, también, usa bastantes elementos técnicos utilizados previamente por Coppolla.
Por otro lado Belle y Warren Blake se parecen más a personajes de Tarantino. Con ellos, el director se recrea más en los actos de violencia, con movimientos de cámara y planos. Primerísimos planos de las agresiones en las que ambos participan. Siempre utilizando picados y contrapicados. Aparte de colocar la cámara detrás del personaje para hacer partícipe al espectador de tal agresión.
Por consiguiente, sus vidas empiezan a cambiar. Ya no son una familia “normal”. Y para demostrar que los vecinos se equivocan, que mejor que una barbacoa, al puro estilo gansteril. La trama vuelve a ser otra vez lineal, sus actos –subtramas- remiten y partimos una vez más del punto inicial, es decir, de la presentación de los personajes. Pero, no de todos los personajes. Para ello, el guionista de una forma sútil y elegante, haciendo un homenaje a las películas de gánster de los años 30 y 40, usa una noticia de un periódico para que estos personajes encuentren a la familia Blake.
Otro punto de giro que da lugar al desenlace del film. Un desenlace atípico dentro del cine negro, ya que éste se complementa con una charla de Fred Blake en la que habla sobre el análisis de una película “Uno de los nuestros” de Scorsese, quien a su vez es el productor ejecutivo de la película Malavita.
El final de la película se acentúa de una escasa iluminación, con unos movimientos de cámara y travelling bastante marcados y rápidos. El director nos quiere mostrar ese tratamiento de imagen y violencia procesada en las películas de Martin Scorsese. Mientras Fred Blake desgrana una de las mejores películas de gánster de la historia del cine.
Y, para acabar, un fundido a negro, y la voz de su personaje principal, “ahora mi cabeza vale 20 millones”.
En definitiva, una película más sobre el cine negro. En la que brilla la gran interpretación de sus actores.
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