No sin mi WhatsApp
Por Anna Genovés , 23 febrero, 2014
Estamos de enhorabuena, la ortografía española se ha puesto las pilas para aceptar vocablos inconcebibles en nuestra lengua. Ejemplo de ello es la incorporación de la palabra wasap cuyo significado, como todos sabemos, es: “mensaje gratuito e instantáneo enviado por la aplicación WhatsApp”. En plural, le añadiremos una “s” y servidos.
Del mismo modo, se admite el verbo wasapear: “intercambio de mensajes”. Motivo por el cual, ambas palabras pueden escribirse sin necesidad de cursivas o comillas. Su pronunciación, al igual que otros anglicismos (walkman, whisky…), será /gu/. Por tanto, es perfectamente lícito, escribir guasap, guasaps y guasapear.
Parece que la vieja guardia dobla el lomo ante la obviedad. ¿Qué haríamos sin nuestros mensajes que incluyen esos emoticonos tan divertidos y sugerentes? Poco. Si hasta nos llevamos el móvil al retrete, a la cama, caminamos por la calle tropezando con farolas… Todo porque estamos, cada uno a lo suyo, enviando guasaps.
A través de WhatsApp, es tan fácil conectarse con cualquier persona del globo terráqueo que disfrutas de una especie de vídeo conferencia; puedes enviar fotos, vídeos… un mar de ventajas. Se le permite cualquier defectillo. Pues que siga la feria, eso sí no pongas tu vida en peligro ni la de otros.
Pienso, que el mayor inconveniente de este prodigio de la tecnología; es la curiosidad. Me congratula ser una mujer prudente para no devanarme los sesos con estas pequeñeces que pueden convertirse en una pendiente tan sufrida como la ascensión del Angliru.
WhatsApp te permite tener muchos datos de tus amistades, conocidos, pareja… lo que puede generar más de un conflicto. Son muchos los/las “ex” que controlan a sus antiguos partenaire meses después de la ruptura. Se impacientan mirando la pantalla para ver a qué hora envió su último mensaje; la tardanza en una respuesta que se supone ha leído la otra persona. Incluso lo que han podido ver terceros, es motivo de angustia. Esto es enfermizo.
Os recomiendo ver el film Her, que si bien no habla de WhatsApp, sí lo hace de los sistemas operativos y la diversificación de funciones, incluidos los sentimientos. Sobre el tema ―con el mismo título: No si mi WhatsApp―, si os apetece podéis pasar por mi blog y leer un relato juguetón que escribí hará unos dos años.
Por otro lado, tendremos que esperar un tiempo para ver si todo sigue como hasta ahora. La noticia: “Facebook compra WhatsApp por más de 13.800 millones de euros”. Me hizo temblar. Conociendo la política que sigue el cerebrín Mark Elliot Zuckerberg en la famosa red social, ¡ya te digo! Me parece imposible que podamos utilizarlo como hasta ahora: “gratis y sin Scribd”.
El poder de WhtasApp nos invade. Ayer con el parón de poco más de dos horas, la mayoría de humanos estábamos tan inseguros como una hoja de árbol caduca. ¡Ojo al parche! Asimov no iba desencaminado.
WhatsApp…
“Ahora tus minutos son de otro reloj”.
Anónima.
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