Nos queda la poesía
Por Juana Vázquez , 3 agosto, 2014
NOS QUEDA LA POESÍA
La poesía durante milenios ha permanecido al acecho del lado oscuro del hombre. Silenciosa , huyendo de los vendedores de certezas, es el último reducto espiritual que nos queda en este mundo materialista del dios mercado, con las diosas de la oferta y la demanda. ( Ningún poeta se ha hecho rico a través de su poesía).
Profeta de utopías, se quiebra en los períodos materialistas, cuando el significado se intercambia con el objeto y pierde su sentido mítico. Entonces languidece con conceptos quebradizos y pusilánimes quedándose en la superficie del hombre y las cosas, superficie que esconde los gemidos, y miserias de aquellos que no tienen voz.
Hoy la poesía está enferma, pues la palabra se ha prostituido y evita reflejar donde la vida se atropella. Y es que “los versos más tristes esta noche” de nuestro tiempo, no son que “el cielo está estrellado” ni que “titilan las estrellas a los lejos”. Hoy los versos más tristes y auténticos están cuarteados en los medios de comunicación, en un espacio que no es el poema , en donde la gente vive a trozos , y muere , en muchas ocasiones, tan sola que ni siquiera le acompaña la palabra muerte. Son simplemente “los representantes de efectos colaterales”…Si la palabra ya no puede ser, como en un principio, si quedó atrás su urdidumbre teologal, hoy la palabra poética desacralizada , si no quiere verse derribada por el número, debe construir el territorio lírico del otro lado del poema, buscando en los suburbios del diccionario palabras con que perfilar un nuevo espacio, en donde habite la solidaridad con los desheredados, los tristes, los míseros, un mundo liberado “de la mentira de ser verdad”, de la mentira de ser el único posible.
Debemos representar la cara oculta de nuestra época, pues ahí está el origen de la condición humana, que es social, aunque vivamos en un tiempo de individualismo feroz.
Por todo eso, congratulémonos, pues , a pesar de todo, nos queda, la “poesía”.
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