Rajoy se reúne con el dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, antes del comienzo de la cumbre de la Unión Africana
Por Lucía Berruga Sánchez , 26 junio, 2014
El presidente Mariano Rajoy con el dictador Teodoro Obiang en una imagen de archivo. EFE
Durante unos veinte minutos esta mañana el presidente del gobierno Mariano Rajoy se ha reunido en Malabo con el presidente de Guinea Ecuatorial, Obiang, antes del inicio de la cumbre de la Unión Africana, a la que el mandatario español ha sido el único líder político invitado.
La reunión, que ha tenido lugar en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sopopo cerca de Malabo, ha versado con aire distendido sobre la Copa del Mundo que se celebra estos días en Brasil, ambos presidentes comentaron la eliminación de España y auguraron sobre cuáles son los equipos que creen que van a ganar el actual Mundial.
Una conversación un tanto banal teniendo en cuenta que el objetivo de Rajoy es participar en la cumbre de la Unión Africa (UA), donde se reúnen los mandatarios de 54 estados del continente vecino. De esta forma Rajoy tendrá la oportunidad de dirigirse a todos y pedir su apoyo en la candidatura española al Congreso de Seguridad de la ONU, que se votará el próximo otoño en Nueva York.
El viaje de Rajoy a Malabo ha traído su polémica desde que fue anunciado, ya que ningún jefe de Gobierno español ha pisado Guinea Ecuatorial desde hace 23 años.
Las fuentes del Gobierno no han precisado nada más sobre la reunión que Rajoy ha mantenido con Obiang, ni siquiera se ha informado de si Rajoy ha hecho alguna petición en favor de la democracia al dictador Obiang y los derechos humanos.
Hubo que esperar a su discurso ante los líderes africanos, entre ellos el de Guinea Ecuatorial, para que Rajoy pronunciara la palabra “democracia”. Pidió el presidente español el pleno respeto a los derechos humanos como “puntos cardinales para una etapa de renacimiento de África en la que España desea participar”, eso sí, “sin que nadie pueda dar lecciones a nadie”, es decir, sin injerencias en los asuntos internos de otro país.
Amnistía Internacional había pedido a Rajoy que aprovechara su visita para interesarse por la suerte de varios presos y pedir el fin de las detenciones arbitrarias, las torturas o las ejecuciones.
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