Se va el rey
Por Juana Vázquez , 2 junio, 2014
Se va el rey, se va con su cojera, con sus años, con su socarronería, con sus claros y con sus sombras.
Se va el rey ahora que parece que los pantanos están con agua y las tijeras y cuchillos están en casa del afilador esperando sacarle punta lo más posible.
El rey era, qué sé yo, pues había muchos reyes en ese rey, campechano por un lado, juerguista, viajero, conciliable, infiel, pero fiel a una España a su España, aunque no a su esposa
El rey despertaba simpatías, y sonrisas, lagrimas… y ha estado mucho tiempo guardado en la caja de la monarquía: no tocar, peligro de muerte. Pero de pronto alguien la abrió, o se cayó o la tiraron y se rompió, la cosa es que lo que había dentro empezó a salir poco a poco y a inundar la habitación, luego los pasillos, después todas y cada una de las estancias, y al final se hizo dueño de todo el palacio. Y una vez que el contenido de la caja salió a la calle, los plumillas la colgaron en los puentes de la vida.
Y ahora el rey se va dejándonos con otro rey más joven. Las plazas de España rugen de rumores, risas, parabienes, paramales, gritos, sonrisas y habladurías. También de historias de terror, de miedo, de llanto, comedias, tragedias…
Ahora le toca al nuevo rey, pero esta monarquía seguro que no va a tener caja, sino que desde el principio la colgarán en los puentes de la vida.
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