Y SEGUIMOS SIN GOBIERNO
Por Agustín Ramírez , 14 agosto, 2019
Ha llegado “ferragosto” y del nuevo gobierno seguimos sin noticias. Tras la ruptura que hubo cuando la moción de censura, solo ha habido puyazos dialécticos entre el PSOE y Unidas-Podemos, achacándose las responsabilidades los unos a los otros. Por plazos legales, el 23 de septiembre es la fecha límite para la formación de un nuevo gobierno, de lo contrario, había nuevas elecciones, y si esto ocurriese el fracaso de la clase política sería monumental, sería tanto como decir a la ciudadanía “votad mejor a ver si esta vez lo tenemos más sencillo”.
Para conformar gobierno buena parte de nuestra clase política establece unas consideraciones por las que no todos los votos son iguales y hay algunos que no deben ser aceptados.
Hay una serie de partidos, mal autodefinidos como “constitucionalistas”, que quieren excluir de los acuerdos de gobierno a los partidos, llamados por ellos, “independentistas”, lo que equivale a decir que la opinión de 2.166.460 personas no sirve; pero, no conforme con la exclusión anterior, también habría que añadir la de 3.905.680 personas por ser de ideología “comunista” o de “extrema izquierda”. Y yo me pregunto por qué frente a la intolerancia antes detallada, existe una tolerancia absoluta a contar, pactar –en directo o en diferido- e, incluso, someterse al partido de extrema derecha que representa a 2.677.173 personas. ¿Tendrían el coraje de solicitar su exclusión electoral para limpiar el Congreso de esos diputados “no deseables ni útiles”? Viendo, por otra parte, la trayectoria de muchos de los excluyentes con los partidos de los “excluibles” me da la sensación de que la falsedad ha inundado buena parte del Congreso.
Pues todo lo anterior creo que solo representa la peor visión y la peor postura de nuestra clase política nacional. ¿No es más útil y sencillo sentarse a hablar sobre programas de gobierno, sobre coincidencias y desacuerdos, e intentar tejer un conjunto de propuestas y objetivos en los que todos los interesados coincidan? Y recordemos que llueve sobre mojado; en la recién finalizada legislatura sí fueron capaces de elaborar unos Presupuestos que la mayoría absoluta del Partido Popular en el cementerio de elefantes del Senado se encargó de tumbar; y recordemos que aquello supuso no poder destinar 6.000 millones de euros a políticas para los más necesitados, tras los recortes que ellos mismos nos impusieron con su batería de reformas.
Lo importante no es estar en un gobierno de coalición, de cooperación o en solitario; lo importante es estar de acuerdo en las medidas a tomar para revertir las políticas y reformas que el Partido Popular aplicó sin piedad. Si hay un programa acordado, y público, y desde el gobierno no se aplica pues no quedará otra que echar abajo ese gobierno, desde el propio ejecutivo o desde el parlamento. Si no se aplican las políticas acordadas, no hay apoyo y que cada palo aguante su vela.
No tengo claro cuáles serán las razones por lo que todavía no hay Gobierno con el precedente de los anteriores Presupuestos; son demasiadas las veces que el poder real, el económico-financiero, ha dicho que la solución ideal sería un acuerdo PSOE+Ciudadanos; desde el Banco Santander, desde la CEOE se insiste continuamente en esta opción pero se han atragantado con la postura de Alberto Carlos Rivera que se ha encerrado de manera numantina en la postura de no hablar con Pedro Sánchez. Bonita forma la de encastillarse para hacer política.
Y como muestra de lo “urgente” que es para la ciudadanía que exista un Gobierno y que sea uno que tome medidas en favor de la inmensa mayoría, recordemos que las pensiones se han revalorizado con el IPC mediante un decreto-ley y que al no haber todavía unas reformas legislativas, un gobierno en funciones no puede repetir ese decreto-ley; ¿les parece suficiente razón, señores del PSOE e IU, para dejarse de “veleidades personalistas” y hacer las cosas conforme al sentido común y al interés de la inmensa mayoría? De lo contrario, en las próximas elecciones, repito lo de mi anterior artículo, deberíamos de Botarles a ustedes.
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