El Papa no es Charlie
Por José Luis Muñoz , 18 enero, 2015
Se nos ha caído por las escaleras ese papa argentino campechano que gustaba tanto a los laicos y a los ateos y tan poco a los católicos conservadores más papistas que el Papa y que tan a gusto estaba con sus dos predecesores. Francisco Marhuenda, en una de sus ocurrencias, ha dicho que eso le pasa por ser un papa populista, estar constantemente hablando y ser peronista. ¿También montonero?
Las declaraciones informales del Papa en ese avión que sobrevolaba Filipinas sobre los brutales asesinatos de Charlie Hebdo han sido sencillamente lamentables y me imagino que debe de estar arrepintiéndose de ellas. Comparar ese salvaje asesinato, esos disparos a los viñetistas y a nuestro civilizado mundo, a la reacción de cuando alguien insulta una madre y no puede esperar otra cosa que un puñetazo, es un despropósito absoluto. Añadir, a continuación, que no se puede hacer befa de la religión, que no se puede jugar con las cosas sagradas, otra barbaridad. O el Santo Padre anda muy asustado con el mundo del radicalismo musulmán y las amenazas yihadistas contra su persona, cosa muy comprensible, o no ha sido mate lo que ha tomado en el vuelo intercontinental.
Oponer la violencia a la palabra es detestable, es lo que hacen los enloquecidos yihadistas que atentan contra la razón. Pretender que nos autocensuremos es ceder al chantaje de los terroristas. De él esperaba oír el mundo una condena tajante a ese asesinato vil y cobarde y lo que ha escuchado es una sorprendente comprensión hacia los asesinos que están en la onda de los que queman iglesias en África, mejor con cristianos dentro, o los crucifican.
Sin que vaya a ser una costumbre, le doy la razón a Marhuenda: este papa habla demasiado y, a veces, desvaría.
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