La forma y el fondo
Por José Luis Muñoz , 19 febrero, 2015
En nuestra juventud queríamos que nuestras ideas progresistas se asociaran a nuestros cabellos largos, barbas descuidadas, bigotes a lo Pancho Villa, pantalones de pana, botas, jerséis de cuello de cisne y tabardos marineros, aunque ese uniforme nos delatara ante la policía franquista que lo tenía fácil para identificarnos y echarnos el guante. Pensando cómo pensábamos, no podíamos vestir de otra forma que no fuera esa. El discurso de la forma vuelve al mismo tiempo que el del fondo.
Parece que las formas tienen su peso hasta en las altas estancias políticas europeas y el estilo desenfadado y cercano de la estrella del gobierno griego, su ministro de hacienda Yanis Varoufakis, no cae nada bien en determinados círculos. Ese tipo que anda con chupa de cuero, no deja que ninguna corbata ahogue su cuello, se desplaza en moto de gran cilindrada y se presenta a los foros internacionales de gente respetable con mochila a la espalda causa recelos a la vieja y anquilosada clase política y se les atraganta. Y, si además, les aguanta el pulso, peor todavía. He oído en algún que otro foro que su actitud es chulesca, que lo que tienen que hacer los griegos es pagar sin condiciones y olvidarse de las promesas electorales que fueron las que auparon a Syriza al gobierno, es decir, cometer un fraude electoral. Les han tildado de irresponsables, algo que no eran los anteriores gobernantes a las órdenes de los amos de Europa y que fueron los que engañaron en sus cuentas y los que condujeron al país heleno a la situación actual de bancarrota. Ah, pero los de antes eran obedientes y, además, llevaban corbata, como obediente es el señor Mariano Rajoy, que también lleva corbata y que, aunque no se lo pidan, defiende a capa y espada como fiel escudero a su ama. Mientras Yanis Varoufakis es Robin Hood para los griegos, para los que manejan Europa a su antojo es un villano que bien haría en ser fichado, junto a Vladimir Putin, para alguna película de 007.
Pero en el plano nacional las formas también tienen su peso, y no sólo para perseguir al chico de la coleta que se mueve por toda clase de foros descamisado acompañado de sus colegas que también le hacen ascos a la corbata. Algunos medios han hecho circular fotos de la candidata de Podemos a la Junta de Andalucía, la pasional Teresa Rodríguez, en las que aparece desnuda en una playa con el mensaje implícito, me imagino, de Mirad cómo son esos chicos que se exhiben así de desvergonzados por nuestros arenales sin el más mínimo recato. Las fotos están teniendo el efecto contrario puesto que la representante de Podemos luce un cuerpo envidiable del que sin duda se sentirá orgullosa, si fuera el suyo, porque ahí está la segunda parte de esta historia estrambótica. La foto está circulando con la leyenda de que los de Podemos, a la vista del desnudo de Teresa Rodríguez, no tienen nada que esconder. La ridícula campaña orquestada en su contra les vuelve como un bumerang a los que la han iniciado. Y, además, resulta que la chica de la foto tampoco es Teresa Rodríguez, según ella misma aclara, aunque podría serlo y nada pasaría.
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