Magia a la luz de la luna, de Woody Allen
Por José Luis Muñoz , 23 diciembre, 2014
La carrera cinematográfica de Woody Allen es de una comodidad pasmosa. A estas alturas de la vida el neoyorquino no tiene que demostrar nada y se permite ir rodando cuando le dé la gana, por el simple placer de hacerlo o porque así viaja, porque sabe que tiene una corte de incondicionales fieles que, sobre todo en Europa, irán a ver sus películas, sean magistrales, las menos, agradables, las más, o malas, algunas. Además con el cineasta neoyorquino se suele dar siempre que a una película importante, redonda, en este caso la anterior Blue Jasmine, le siga otra mediana. Es uno de sus trucos. Así, el espectador estará esperando como agua de mayo su próxima creación por si el judío neoyorquino hipocondríaco regala al espectador alguna de sus escasas genialidades que va dosificando expresamente.
Magia a la luz de la luna, la última, va de trucos. Trucos de un mago racionalista, Stanley (Colin Firth), a vuelta de todo, incrédulo y escéptico y que, como Santo Tomás, tiene que ver para creer, y una joven médium norteamericana, Sophie (Emma Stone) que hace una gira por la Provenza francesa a la búsqueda de fortuna y matrimonio con sus actividades extrasensoriales. El mago empeña su prestigio en descubrir los trucos de la médium y se queda muy frustrado cuando fracasa en su empeño y ha de admitir que la joven Sophie se comunica con el mundo de lo oculto. De pesimista escéptico el protagonista se vuelve en feliz optimista ilusionado con una vida más allá de ésta. Ni que decir tiene que el personaje que interpreta con la maestría habitual Colin Firth es el que interpretaría Woody Allen si el físico y los años se lo permitieran. Finalmente todo vuelve a ser como antes, la médium es una farsante y la vida es lo que hay, una historia más o menos corta que siempre acaba de forma dramática por muchas vueltas que le demos, pero si mientras nos ilusionamos con que no es así, mejor para nosotros. Y si encontramos el amor, miel sobre hojuelas. Y eso hace Woody Allen, hace derivar la comedia hacia una contenida historia romántica entre el mago y la médium.
Ambientando la película en los años veinte eso le permite al director de Annie Hall vestir a sus personajes de época, poner jazz en toda la banda sonora y exhibir elegantes sedanes por carreteras de tierra y paisajes costeros. El film está salpimentado con algunos guiños de humor que obliga al espectador a sonreír, nunca a carcajearse como en la anterior Blue Jasmine, y a que la cinta discurra como un agradable paseo.
Una vez más Woody Allen nos mantiene sentados a la butaca de la sala con una deliciosa nadería a la espera de que la próxima sea un artefacto de ingenio con más peso, que ya toca.
Título original: Magic in the Moonlight
País: EE.UU
Año de producción: 2014
Género: comedia romántica
Duración: 97 minutos
Director: Woody Allen
Estreno en España: 12/12/2014
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