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A subasta objetos personales de Elvis Presley en Memphis

Por María J. Pérez , 14 agosto, 2015

Después de varias décadas de su fallecimiento, Elvis Presley sigue siendo un mito, corroborado por todos los seguidores que siguen idolatrando al “Rey del rock” cuya figura forma parte importante de la cultura de los Estados Unidos.

De esta forma, el cantante sigue vivo a través de sus canciones, películas y también por los objetos materiales que año tras año salen a subasta cuyo valor alcanza cifras astronómicas en el mercado.

Guitarras, trajes, anillos, pistolas, una gabardina, incluso frascos de pastillas y la firma en una tarjeta de biblioteca que el ídolo de masas estampó a la edad de trece años, todo esto hasta un total de 174 piezas ha sido objeto de la puja celebrada ayer en su mansión de Graceland, Memphis, donde vivió y descansa el artista.

Entre los objetos subastados destaca el traje que el cantante llevaba durante su reunión con el presidente Nixon en 1970, que salió a la venta por valor de 3000 dólares, o unas gafas de sol por 11250 dólares.

Numerosas joyas del veterano artista como el anillo de oro en forma de búho, valorado entre 15000 y 20000 dólares, que el intérprete lanzó a un fan desde el escenario durante el concierto de 1973 en el lago Tahoe, en la frontera entre California y Nevada.

El valor de las pistolas que poseía el cantante oscila entre los 2500 y los 9000 dólares a las que hay que incluir guitarras como una blanca utilizada por Elvis en 1950, años antes de saltar a la fama o la guitarra acústica del Million Dollar Quartet, nombre con el que se conoce a la sesión que Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Carl Perkins y Johnny Cash grabaron en el Sun Record Studios de Memphis valorada entre 20000 y 30000 dólares y que lleva las firmas de los cuatro componentes.

Y es que el coleccionismo de los efectos personales de personajes legendarios que han dejado un legado simbólico en esta sociedad, comprensible o no, puede llegar a alcanzar cantidades inimaginables y Presley forma parte de esta tendencia pues, a pesar de su muerte hace casi cuatro décadas, no ha caído en el olvido entre sus incondicionales.