Acuerdos Artemis, un paso más hacia una exploración pacífica del espacio exterior
Por Juan F. Trillo , 19 octubre, 2020
Por Juan F. Trillo.
La semana pasada la NASA difundió públicamente el primer borrador de los Artemis Accords, un conjunto de normas destinadas a que la exploración y explotación de los recursos lunares se lleve a cabo de forma pacífica.
Los Acuerdos Artemis, a su vez, forman parte del Programa Artemis, también de la agencia espacial estadounidense, que tiene como objetivo llevar a “la primera mujer y al siguiente hombre” a la Luna para el año 2024. Sin embargo y convencida de que no será la única en alcanzar nuestro satélite, la NASA quiere ir sobre seguro y establecer acuerdos bilaterales con cualquier país interesado en desarrollar su propio programa espacial que eviten en lo posible conflictos posteriores que serían muy difíciles de resolver de forma amistosa.
Para ello han establecido diez principios básicos que garantizan la colaboración y ayuda mutua entre todos los actores intervinientes. Estos principios comprometen a los firmantes, por ejemplo, a desarrollar antes que nada y sobre todo actividades pacíficas, a mantener una transparencia absoluta al respecto de dichas actividades y sus resultados o a prestarse ayuda entre sí, en caso de que se produzca una emergencia.
Con los Acuerdos Artemis, la NASA da un paso más en sus esfuerzos para asegurar unas reglas del juego espacial que garanticen que ninguno de los actores comience a actuar por su cuenta y de forma incontrolada, lo que provocaría, muy posiblemente, una reacción en cadena de resultados imprevisibles.
Por el momento, y además de los Estados Unidos de América, otros siete países se han sumado a dicho acuerdo: Australia, Canadá, Japón, Italia, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos y Luxemburgo. Jim Bridenstine, Administrador de la NASA es optimista al respecto de la participación de otros países: “Quiero dejar claro que esto es solo el principio. Existen muchas otras naciones, no solo interesadas en el Acuerdo Artemis, sino también deseosas de firmarlo. Sin embargo, estos países deben proceder a través de sus propias agencias espaciales para poder tomar parte”.
En cualquier caso, resulta notoria la ausencia de Rusia y China entre los firmantes, dos países cuyos proyectos lunares están casi tan avanzados como los de la NASA y que son competidores directos de esta. Dmitry Rogozin, director del programa espacial ruso, alega que las normas establecidas en Artemis responden fundamentalmente a los intereses de Estados Unidos y propone basar futuros acuerdos en los mismos principios de cooperación que guiaron el programa de la Estación Espacial Internacional, mientras estuvo en funcionamiento.
Por otra parte, la NASA no ha podido negociar con China, dado que existe actualmente una prohibición expresa del Congreso estadounidense, mediante la Enmienda Wolf, que le impide hacerlo. Bridenstine ha declarado que la NASA estaría más que dispuesta a volver a conversar sobre el tema con sus colegas chinos, pero que no parece que sea algo que vaya a suceder de manera inmediata.
Es bien sabido que la exploración lunar es tan solo un primer paso en la carrera por llegar a Marte y establecer las primeras bases permanentes en el planeta rojo. Estas conversaciones y acuerdos preliminares serán, en un futuro cercano, de gran importancia y determinarán cómo se desarrolla la colonización y explotación del espacio exterior, una empresa gigantesca en la que intervendrán tanto los países, como las empresas privadas más poderosas de la Tierra a lo largo de las próximas décadas.
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