Adiós a Gabo
Por Redacción , 23 abril, 2014
Sus fotos, los amigos, la familia; funcionarios de los gobiernos de México y Colombia. Flores amarillas como le gustaban y mariposas, y alfombra roja. Gabriel García Márquez recibió un gran aplauso este día en el Palacio de Bellas Artes, que fue abierto al público para el homenaje que desde hace dos días se esperaba. Entorno a las cenizas del premio Nobel empezó un desfile de centenares de admiradores, que esperaron por horas. Los restos del autor llegaron en una comitiva que arribó veinte minutos después de que partiera desde la casa al sur de esta capital, custodiados por agentes de la policía durante el camino. García Márquez murió el pasado jueves en esta capital, a la edad de 87 años.
La urna con las cenizas llegó con la viuda de García Márquez, Mercedes Barcha, y sus dos hijos, Gonzalo y Rodrigo. También llegó el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar. Fue colocada en el centro del vestíbulo del Palacio de Bellas Artes y adornada con ramos de rosas amarillas. La viuda del nobel de literatura colombiano, de luto riguroso y una flor amarilla en la solapa de su saco, y sus dos hijos, hicieron la primera guardia de honor. Sus cuatro nietos, todos entre lágrimas, también hicieron guardia, y marcaron uno de los momentos más emotivos del día. Entre las coronas de flores que acompañaron las cenizas se encontraba una que decía: “De Fidel Castro Ruz, al amigo entrañable”. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo. En el interior del recinto cultural un cuarteto interpretó piezas clásicas y tangos, intercaladas en varios ocasiones con vallenatos de un trío; a ese ritmo sus seguidores desfilaron al frente de la urna y lanzaron siempre flores amarillas.
Durante la larga espera a las afueras del Palacio, el compositor y trompetista colombiano Fernando Martínez entonó Macondo, la canción inspirada en “Cien años de soledad” (1967), la obra con la que Gabo traspasó fronteras, el himno de su patria, pero también boleros, cumbias y hasta salsa. Admiradores del escritor también leyeron fragmentos de “Cien años de Soledad” mientras se escuchaban vallenatos frente al imponente recinto. En un ambiente festivo, los admiradores mexicanos, colombianos y de otras nacionalidades recordaron las obras favoritas del nobel de literatura y dijeron sentirse orgullosos de un escritor que les llevó a otras latitudes. El público comenzó a entrar hacia las 16.15 hora local; la despedida del autor de “Cien años de soledad” se prolongó por más de tres horas. Posteriormente dieron inicio los actos oficiales, encabezados por el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el de México, Enrique Peña Nieto. Al honrar la memoria de García Márquez, los presidentes de México y Colombia, lo consideraron un creador de utopías posibles y una figura que llevó la imaginación por caminos inexplorados. “El más colombiano de los colombianos sigue vivo, seguirá vivo en sus libros y en sus textos, pero sobre todo más que nada vivirá para siempre en las esperanzas de la humanidad”, dijo Santos, que viajó especialmente para el homenaje. Peña Nieto dijo, a su vez, que García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982, “recibió en vida el mayor reconocimiento que existe: el amor y el cariño sincero de millones de personas de todo el mundo”.
Afuera, desde la tarde y hasta ya entrada la noche, miles de personas hicieron fila para entrar en el Palacio de Bellas Artes. Una larga alfombra roja tendida sobre las escalinatas y una gran fotografía del escritor con la fecha 1927-2014 engalanaron el edificio de mármol para el último adiós al autor de “Cien años de soledad”. Muchos llevaban en la solapa o en las manos rosas amarillas, la flor preferida de García Márquez, y otros mariposas amarillas, en homenaje al escritor, que las hizo revolotear en sus páginas de “Cien años de soledad” alrededor del personaje de Mauricio Babilonia. El cuerpo del escritor colombiano fue incinerado en una ceremonia privada a petición de la familia, y por el momento se desconoce cuál será el destino final que tendrán sus cenizas, aunque el embajador de Colombia en México, José Gabriel Ortiz, afirmó que éstas podrían repartirse entre los dos países. Al fondo del vestíbulo, donde fue colocada una foto de García Márquez, puede leerse la misma frase que abre su libro de memorias, “Vivir para contarla”: “La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.
A las 15:20 las cenizas de García Márquez salieron de su casa en la calle Fuego 144 del barrio del Pedregal de San Ángel en un cortejo fúnebre formado por siete vehículos y escoltado por decenas de motocicletas de la policía. Los restos fueron trasladados en un automóvil gris por su esposa y sus hijos. García Márquez vivía desde hacía varias décadas en México, ciudad que escogió como su lugar principal de residencia. “Desde ayer ya todo está listo para recibir las cenizas”, dijo a dpa una de las portavoces del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que se encargó de la organización del homenaje. Dos grandes fotografías del autor de “Cien años de soledad” fueron colocadas también en la fachada de Bellas Artes. García Márquez falleció el pasado Jueves Santo en su casa, donde convalecía de una neumonía severa.
Comentarios recientes