Alba Reche: de cuando la tristeza va y monta un fiestón
Por Mariano Velasco Escudero , 21 julio, 2022
La cantante ilicitana adelanta parte de su próximo trabajo «Honestamente triste» y deslumbra en el Share Festival de Barcelona
Alba Reche (fotografía de @photopey_)
Reportaje gráfico: Silvia Peydró @photopey_
No voy a ocultar (tampoco ella lo hace, así que quién soy yo… ), que las canciones de Alba Reche tienen cierta tendencia hacia la tristeza y la melancolía. Algunas ¿eh?, no todas, tampoco vayamos a crear ahora una leyenda urbana de este asunto. Pero sí que más de una de sus composiciones te saca la lagrimita de lo más profundo o literalmente, para qué nos vamos a andar con rodeos, te arrea una sacudida al alma de agárrate y no te menees. De hecho, por eso digo que ella no lo oculta, ha titulado su último trabajo, que saldrá el próximo mes de septiembre, “Honestamente triste”. Pero eso sí oye, tú te plantas en un concierto de esta mujer, resuelto y decidido a llorar como si no hubiera un mañana y… de repente, te ves inmerso en un fiestón de pura energía y desenfreno desgañitándote al grito de “pido treeeegua”, pegando saltos con esa divertidísima canción que es, pese a su título, “Todo mal” o chillando “jódeme, jódeme” como una loca mientras suena “La Posada”. ¿Quién dijo llanto?
Alba Reche, ¡el poderío! (fotografía de @photopey_)
Alba Reche salta que te salta (fotografía de @photopey_)
Tal que así ha sucedido una vez más este pasado fin de semana en el Share Festival de Barcelona, con Alba Reche y su banda encima del escenario, como sucedió también la semana anterior en las fiestas del Orgullo de Madrid y como sucede en cada concierto de esta artista tan especial que, ella sabrá cómo demonios lo hace, logra pasar – y que pasemos todos – de la tristeza a la alegría, del llanto a la risa, de la culpa a la absoluta liberación, del miedo a existir a que te de igual el qué dirán, de vivir sin recuerdos a querer recordar y aceptar el pasado sin tapujos… Es decir, que nos vamos de la bajona al subidón en cuantito la Reche abre la boca, benditas sean la voz y la actitud que tiene esta mujer.
Alba Reche y Anna Armadà, de EN-CANTA-DOS, encantadas (fotografía de @photopey_)
En esta ocasión no le habría hecho falta ni abrir la boca, porque su actuación en el Share Festival ha contado con un brillante añadido más, que ha sido la participación de la asociación EN-CANTA-DOS, quienes aportan la inclusión de la lengua de signos en los conciertos de música. Y allí estuvo Anna Armadà, entregada como una más de la banda, para enseñarnos que lo de “rebotan tus palabras en mi mente…” o lo de “y ahora que tiendes a pasar sin mirar, te recuerdo que dormías en mi cama…” traducido a signos “suena” igual de precioso y contundente. Y, sobre todo, lo útil y generoso que es esto de la lengua de signos y los conciertos inclusivos. Tal y como la propia Alba dijo, pasaron dos cosas nuevas en este concierto: “es la primera vez que me signan”, dijo entusiasmada, y “es la primera vez que me tiran un sujetador”, añadió luego sorprendida, porque se lo tiraron. Muy de Alba Reche todo esto. A lo de la inclusión me refiero, no a lo del sujetador.
Alba Reche, sujetador en mano ¡Pura sororidad! (fotografía de @photopey_)
Hay, en el excelente repertorio con el que ya cuenta Alba Reche, al menos un par de temas cuya evolución en los directos es digna de mención. Es el caso del muy reciente “No cambies tu andar”, esa hermosa canción que habla de la reivindicación de lo que es una misma frente al qué dirán y de la importancia de rodearse del apoyo de los tuyos. Se pudo apreciar en el Share cómo ha evolucionado desde su estreno hace escasos meses y cómo avanza, con paso firme y sin cambiar el andar, hacia la perfección. Y el otro caso es el de “Escúchala”, un tema que se diría que posee vida propia, que ha dada un puñetazo sobre la mesa y se ha propuesto convertirse, esta ya sí que sí, en la interpretación perfecta. Nació a la sombra de otras dos joyas, como son “La culpa” y “El desarme”, y ha ido como diciendo, eh, ojito, que aquí estoy yo, hasta el punto de que la Reche ya no la puede cantar mejor de lo que la canta. Y mira que es difícil, la jodía canción. Si no la has escuchado todavía, mami, escúchala por favor. Porque es ya todo un himno del rechismo y, si se pueden decir tacos, una puta maravilla.
La furia de Alba Reche (fotografía de @photopey_)
Volviendo a esa sensación de fiestón, de alegría compartida con la gente, del salta que te salta, del grita que te grita, del arroparse orgullosa con las banderas -bisexual y lesbiana – que desde el público le lanzan, que no todo van a ser sujetadores, tengo la impresión de que esta se ha ido incrementando notablemente en sus últimos conciertos, al tiempo que, paradojas de la vida, sus temas se han ido haciendo sí cabe más íntimos y personales. Íntimos y personales sí, pero guardándose ella siempre un as en la manga, la muy cuca.
Alba Reche, envuelta en las banderas bisexual y lesbiana (fotografía de @photopey_)
Porque sucede que, aun siendo tan personales, resulta muy requetefácil convertir las letras de Alba en nuestras, he ahí una de sus principales habilidades a la hora de componer. Confesaré, ahora que ella no nos oye, que cuando la entrevisté para la promo de “La pequeña semilla”, echando mano del manual del “periodista espabilao” anduve listo y decidido para recurrir a la regla de “ganarse al entrevistado desde el principio”, comparando su manera de escribir con la de Antonio Vega. Venga, bueno, vale, en realidad no era un recurso fácil, era la purita verdad. Lo dije – y lo mantengo ahora más que nunca – en el sentido de que sus letras y las historias que nos proponen, como las del gran Antonio, abren puertas, nunca las cierran. Sucedía con aquella enigmática “chica de ayer”, que no teníamos ni puñetera idea de quién era pero que, precisamente por eso, todos convertíamos en nuestra propia “chica de ayer” con sorprendente facilidad. Y lo mismo sucede con la “puta canción” de “Esa también fui yo”, que todos nos habremos culpado alguna vez de dedicar a veté tú a saber quién y por qué.
Alba Reche y su hermana Marina Reche, coros (fotografía de @photopey_)
Esto no se lo dije, me lo guardo por si tuviera que ganármela para la próxima entrevista, pero hay mucho en su forma de escribir y en el sentido de sus canciones de la obra poética de la canadiense de origen indio Rupi Kaur (excelentemente traducida al español, por cierto, por Elvira Sastre). Sobre todo por su tratamiento tan particular desde un punto de vista muy feminista de temas como el trauma, el dolor, la tristeza, el desengaño (“día a día me doy cuenta de que todo lo que extraño de ti nunca estuvo ahí”) y también, claro que sí, el poder de la ternura (“ser tierna es ser poderosa”) y la reivindicación de una misma para salir adelante de todo lo anterior (“como te quieres a ti misma es la manera en la que enseñas a otros a quererte”). Son textos de Rupi Kaur pero podrían ser perfectamente de nuestra Alba Reche.
Alba Reche y sus chicas (fotografía de @photopey_)
Ah, una ultima cosita, una tontería de nada. O no: ¿saben qué estaba subiendo esta mujer a sus historias de Instagram escasas horas después de haber cerrado un pedazo de concierto de esos de los de quitarse el sombrero? Las fotos de una gatita perdida debajo de un coche en Barcelona, a ver si había suerte y su dueño la encontraba. Pues eso: la deliciosa habilidad que tiene ella para convertir la tristeza en alegría. ¡Miau!
Alba Reche (fotografía de @photopey_)
Tour «Honestamente triste»
Alba Reche
Share Festival 2022 Barcelona
Músicos: Marina Reche (coros), Saray Sáez (batería), Diddy Stain (guitarra), Cerchio Verde (bajo)
Intérprete de signos: Anna Armadà (EN-CANTA-DOS)
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