‘Allí abajo’: los tópicos aún funcionan
Por Ivan F. Mula , 19 abril, 2015
La sombra de Ocho apellidos vascos, el gran taquillazo del cine español del año pasado, sigue marcando tendencia y, por lo visto, va a seguir haciéndolo mientras que el público no se canse. Dirigida por Emilio Martínez-Lázaro, tomaba como pretexto los tópicos regionales de nuestro país (vascos y andaluces, concretamente), reciclando una fórmula que triunfó, no hace tanto tiempo, en Francia (Bienvenidos al norte) y en Italia (Bienvenidos al sur).
Sin embargo, el éxito sin precedentes del filme protagonizado por Dani Rovira, probablemente, se debe más al ingenioso guión de Borja Cobeaga y Diego San José, y a la buena química entre sus actores que a la temática en sí. Pero, ¿a quién le importa? El caso es que los espectadores, casi siempre insaciables, lejos de rechazar imitaciones, han ido aceptando cualquier subproducto que les recuerde vagamente al original con tal de revivir, de alguna manera, los buenos ratos que les proporcionó la película. De esta forma, han ido apareciendo obras de teatro (Más apellidos vascos), libros y demás mercadotecnia, todo ello, en general, con muy buena recepción. Ya tardaba, siguiendo esta línea de pensamiento, en aparecer la serie.
En este caso, ha sido Atresmedia la que le ha tomado la delantera a Mediaset (productora de Ocho apellidos vascos), logrando el liderazgo del prime-time con el estreno de Allí abajo. Un 27,3% de share y 5.357.000 espectadores dejaron atrás a las demás opciones de la parrilla, enseñándose especialmente con Aquí Paz y después Gloria emitida Telecinco, que se quedó en el 9,9%. Iremos viendo poco a poco la evolución de las audiencias, ya que, en su segunda emisión, no pudo con el retorno de El Príncipe (contraataque inteligente de la cadena de Vasile), aunque se quedó solo a 2 puntos.
La comedia de Antena 3 invierte la trama ya conocida por todos haciendo que, esta vez, sea un vasco quien se vea en la necesidad de pasar un tiempo viviendo en Andalucía. Para no perder el tono que los televidentes esperan, se ha contado con Oscar Terol, presentador, actor y guionista de Vaya semanita para escribir la serie e interpretar a uno de los personajes. Y es que fue, precisamente, en este programa de la televisión vasca donde se dio a conocer el humor de San José y Cobeaga.
Encajadas todas las piezas, cabe decir que el resultado, sin ser brillante, funciona correctamente. Adolece, como cualquier comedia nacional, del formato de 75 minutos (más anuncios), diluyendo el ritmo y el interés en una narración irremediablemente estirada. Para compensar esto, cuenta con una buena dosificación de punchlines y frases ingeniosas que son lo que de verdad engancha y divierte. Las tramas más dramáticas y amorosas, por su parte, cumplen su función.
En cuanto a su reparto, hay que destacar el carisma de María León, que roba descaradamente el protagonismo a Jon Plazaola, pero también a grandes secundarios como el antes mencionado Oscar Terol o la divertidísima Mari Paz Sayago. En cambio, la participación de Mariano Peña, conocido por interpretar a Mauricio en Aída, ha resultado algo decepcionante.
Es difícil de saber hasta cuándo durará esta moda de enfrentar lo vasco y lo andaluz que, no lo perdamos de vista, cae simpática gracias a la generosa autocrítica de los guionistas vascos que reservan para sí mismos los tópicos más hirientes. Quizás se agote por repetición o se amplíe a otros regionalismos, como parece que pretenden hacer con Ocho apellidos vascos 2 incluyendo el factor catalán. Mientras tanto, tratemos de disfrutar de los buenos chistes y la ironía de los diálogos bien escritos, sea en cine como en televisión, ya que, temáticas a parte, no es algo que abunde demasiado.
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