Alonso Barán. Ha nacido una estrella
Por Redacción , 30 abril, 2015
A priori el titular puede parecer un tópico, pero esa es la sensación que se me quedó tras asistir a la presentación del libro EL AZAR NO SE LLORA, de Alonso Barán.
He acudido a muchas presentaciones de libros y, en la mayoría de los casos, son un aburrimiento. En el mejor de los casos, si el libro tiene pinta bien, uno piensa que por lo menos ha escuchado algo interesante durante un rato.
En cambio, la presentación que hizo Alonso Barán fue espectacular. En un momento del acto su editor dijo: «A los que conocemos a Alonso no nos sorprende su particular forma de hablar, que es como una catarata de conocimientos que demuestra la gran cultura que tiene». Coincido con él en esos términos, porque además Alonso Barán demostró una capacidad inusitada para comunicar al público. Su espontaneidad resultaba refrescante: mezclaba la literatura con ocurrencias de humor ácido, citas filosóficas y referencias a autores clásicos y modernos. Buenas vibraciones transmitidas durante todo el evento.
Como argumento principal, por supuesto, se habló de EL AZAR NO SE LLORA. El libro se fundamenta en una reflexión estoica sobre el control de las emociones. Lo más sorprendente es «que el canal de transmisión de ésta reflexión es la estructura de la novela». La verdad, no tengo constancia de que se haya algo así antes.
Según Alonso Barán, EL AZAR NO SE LLORA trata el tema de la falta de autodominio y para ello tuvo que crear «un universo azaroso que fuera estimulado por las emociones sin control de los personajes. Sus impulsos emocionales crean las situaciones de la novela, pero da la impresión de que todo sucede por azar».
Pero la cosa no acaba ahí. En la ronda de preguntas, cuando uno de los asistentes pidió que hablase un poco sobre los personajes, Alonso Barán relató que creó un espectro emocional para cada uno de los personajes: «para tratar el tema de la novela de la falta de autodominio, el escritor no tenía el control de lo que les ocurría a los personajes, sino que debía ser su propia psicología la que guiara la trama para que resultase creíble. Dejar el control de la novela a alguien como Aníbal (uno de los personajes) y que todo lo que ocurre en la novela diese la impresión de que se producía por azar, se convertía en un follón».
Como digo, la presentación fue un evento muy interesante: Buen rollo, un torrente de información y una novela con un universo nunca visto… Ha nacido una estrella.
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