Aznar, el tiro en el pie del PP
Por José Luis Muñoz , 19 enero, 2015
Desde hace unos días está en los mentideros políticos que el presidente de honor del Partido Popular, José María Aznar, se va incorporar a la campaña del partido para la imposible tarea, a tenor de todas las encuestas que se manejan, de conservar el poder, y finalmente así lo han admitido los dirigentes del partido conservador a los que tan poca gracia hacen los comentarios agrios del expresidente y sus críticas.
La apuesta por Aznar demuestra bien a las claras la desesperación que cunde en las filas del partido de la derecha española ante su más que probable debacle electoral que todo el mundo vaticina. Llamar a Aznar para que salve ese buque que navega sin timón, sin motor y a merced de las tormentas, es un muy mal remedio e imagino que habrá desconcertado a un buen número de militantes del PP y a no pocos de sus posibles electores que van a reconsiderar más su voto.
El ruido de navajas hace tiempo que ensordecía la aparentemente tranquila situación del partido que gobierna. Aznaristas y marianistas se habían convertido en enemigos irreconciliables desde que Mariano Rajoy apartó ese lastre que escoraba el partido hacia la derecha y al que hizo, en buena parte, responsable de su derrota electoral ante Zapatero (la famosa frase de Aquí tienes el resultado de tu guerrita). Desde entonces Aznar ha ido pontificando a través de las FAES y se ha encargado de desestabilizar el partido con censuras públicas y con la ayuda de la aznarista, o aguirrista, Esperanza Aguirre. Lo inteligente habría sido postular otros candidatos a la Moncloa como Alberto Nuñez Feijoo o el también carbonizado José Antonio Monago, porque Mariano Rajoy hace tiempo que está amortizado. Pues no, en su desesperación, el presidente del PP, en una maniobra que debe de haber sido urdida por su peor enemigo, se echa en brazos de Aznar al que se le ha ninguneado desde la cúpula hasta el límite de hacerle el vacío absoluto cuando dicta una conferencia o presenta alguno de los volúmenes de sus memorias.
Postular a Aznar, aunque sea como palmero en los mítines electorales del PP, es caminar hacia una derrota todavía más absoluta, conseguir que los pasotas de la política, ese porcentaje de indecisos que aún no se han sumado a las huestes de Podemos, acudan en masa a votar al partido de Pablo Iglesias y que una buena parte de los fieles del PP opten por quedarse en casa en noviembre.
Aznar es el peor activo del partido conservador. El hombre que llevó al país a la guerra más torpe de la historia moderna contra toda la opinión pública y ciudadana, la de Irak, no supo prever el atentado del 11M y lo gestionó de forma absolutamente desastrosa, concita tal aversión hacia su persona que tenerlo en campaña resta exponencialmente en vez de sumar, es dispararse un tiro en el pie.
Apuesten por el señor Aznar, por favor. Mejor aún, conviértanlo en candidato a la Moncloa: es el mejor regalo que le pueden hacer a Pablo Iglesias.
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