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“Batman v. Superman”: ¡Ellos contra todos!

Por Emilio Calle , 27 marzo, 2016

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Era lógico.

En algún momento tenía que pasar. Y esto ha venido para quedarse.

Con tanta expectativa creada, con tal cantidad de información previa durante meses y meses, con tanta polémica incluso antes de iniciado el rodaje, resulta imposible ver “Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia” con un mínimo de ecuanimidad. Si Ben Affleck levantó las iras de algunos aficionados al género en cuanto se supo que se enfundaría el disfraz de Bruce Wayne, ahora es el mejor Batman de todos los tiempos (y además en pugna únicamente con Christian Bale, como si los demás estuvieran pintados). Si tan solo hace un mes los augures impregnaban de pesimismo el estreno al conocer las primeras opiniones tras los pases previos, ahora resulta que da igual porque esta película es sólo la piedra angular (y muy angulosa) de un puñado de títulos que forman parte de una descomunal operación comercial con la que piensan anegar los cines en los próximos años (ya es descaro que el tráiler que se puede ver antes de la proyección sea precisamente el de la pronta a estrenarse “Wonder Woman”, un personaje que, casi como el resto, no es más que un espasmo en la película, por muy llamativa que sea su aparición). Y lo que es aún más descorazonador de todo este despropósito. Al parecer se dirime también una disputa entre Marvel y DC, en la que si los primeros optan por unos directores desprovistos de personalidad (Joss Whedon o James Gunn, directamente a la basura, no debemos pensar que tienen ideas propias), los segundos apuestan por “autores” de prestigio (como si el mejor Nolan apareciese siquiera en la trilogía de Batman) para dotar de profundidad y sello propio a sus producciones. Y así es como este combate ha terminado en manos de un tal Zack Snyder, origen de todos los males de este enjambre de naderías. Y me apresuro en aclarar a los que adoran obras suyas como “300” o “Watchmen” que podrán tenerlas por trabajos maestros, pero no  hay que desentenderse de que ambos títulos eran algo más que interpretaciones muy libérrimas de las obras en las que se basaban (bueno, en el caso de la adaptación de Alan Moore, quien se negó a que su nombre apareciera en los créditos, Snyder hasta se sacó un final impostado de su estrecha manga, por lo que la versión perdía de inmediato todo su sentido). Por mucho que se copien con absoluta fidelidad una viñeta tras otra, cine y arte son artes muy diferentes.

No hay que esperar mucho en esta desmesurada “Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia” para comprobar el arrojo y la osadía con la que Snyder afronta la historia. Porque lo primero que decide narrar, desde el primer plano, es que los padres de Bruce Wayne son asesinados por un ladrón, dato este, como todo el mundo sabe, absolutamente guardado en el mayor de los secretismos (pero así puede ir intercalando planos sacados de viñetas que todo aficionado al cómic debe celebrar). Sin embargo, ese desprecio por el espectador, oculta de pésima manera el verdadero camino que ha decidido tomar el director. Archiconocida su obsesión por el personaje de Batman, aquí aprovecha que el Pisuerga pasa por Gotham, y se desentiende de lo que debería ser esta película, supuesta continuación de su “El hombre de acero” (tan rompedora y original que su mayor ocurrencia es que Superman cometiera su primer asesinato en pantalla), de la cual aprovecha el final para poner en marcha el estreno de la semana. Bruce Wayne asiste a la batalla narrada en esa primera parte, con la mala fortuna de que uno de sus muchos rascacielos es demolido, lo cual despierta su furia (no sabemos si financiera o humana), y con ello Snyder ya ha despejado el camino para enfundarse en sus propias mallas de adaptador, y ahora cada vez que puede juega a recordarnos que él se sabe al dedillo todos los cómics de Frank Miller (desde el Año Uno hasta su trilogía sobre El Caballero Oscuro). Pero como la película no es una adaptación milleriana, le toca hacer malabarismos, y eso no se le da muy bien: contar algo sobre Superman, y otro poco de Lois Lane, y colar referencias actuales como terroristas para corporeizar el entorno, y abrir varias líneas argumentales de las películas que están incluso por rodar (lo que aporta una considerable dosis de confusión en varios momentos), y presentar un poco forzosamente a personajes de otros títulos, y sumar varios villanos, y estar continuamente atrofiando la historia con sus obsesivas ralentizaciones y sus homenajes a viñetas míticas, hasta entroncarlo todo en el tan mentado combate, de un desenfreno visual cuyo objetivo último es deslumbrar, y tanto deslumbra que termina por no dejar de ver nada. Pero, ¡tranquilos! Esto es solo el primer asalto. Esta iba para los más pequeños. Ya ha empezado la campaña para avisar que un metraje adicional la convertirá en una versión para adultos.

Y mejor no hablar de los actores. Da igual si Affleck es el Batman definitivo. Pese que por momentos convence, vuelve a mostrar sus muchas carencias como actor en cuanto no hay un director (que no solo deben crear con la cámara, también con los actores) que haga de sus defectos virtudes. Henry Cavill no logra ni tan siquiera que distingamos cuándo es Clark Kent y cuándo Superman (y total, tampoco la película va sobre él, así que mostrar interés, poquito). Mal están las cosas si la excepcional Amy Adams tiene que lidiar con papeles como este (porque si Superman no importa, imagínense Lois Lane). Jesse Eisenberg, al que le han llovido las críticas por su “aparente” parecido con El Joker de Heath Ledger (y a mi juicio, no puede haber dos interpretaciones más contrapuestas), da vida e histrionismo a partes iguales a Lex Luthor, pero no cala en la historia, y termina por resultar una extravagancia. Y, bueno, Jeremy Irons, magnífico en todo momento, un Alfred nuevo y con un leve ceño perturbador, un actor extraordinario que en modo alguno se ve afectado por la mediocridad.

El combate del siglo se ha disputado.

Cada cual puede juzgar quién ha quedado en pie tras la cuenta atrás.

Pero lo único seguro es que el cine no ha ganado.


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