Bendita publicidad, perdón… creatividad
Por Juliano Oscar Ortiz , 16 julio, 2014
Para la publicidad hay un elemento insustituible que, por suerte y a pesar de la crisis económica mundial, permite que sigamos asistiendo a maravillas artísticas en cuanto a la promoción de un producto, servicio, empresa o negocio.
Estamos hablando de la bendita creatividad. En esa idea, ese punto inicial y final que convergen cientos de experiencias y desafíos, está la clave para comprender un espacio que resulta muy difícil de conceptualizar y que ha permitido debates encarnizados sobre su esencia.
El escritor Juan Carlos Cubeiro en su sitio compartía “El aprendizaje de la creatividad” el libro de José Antonio Marina y Eva Marina, en el que resalta, “¿Se aprende la creatividad? Los autores nos demuestran que sí. La creatividad no es un lujo, sino una estrategia de supervivencia para los seres humanos. Es la “libertad en acción”. “Mientras que la angustia es la conciencia de la imposibilidad, la experiencia creadora es la conciencia de la posibilidad. Esto se parece a la alegría, que es amplitud, distensión, explosión”. Una creatividad apre-hendida no solo en los establecimientos educativos, sino en la casa, con los amigos, en la propia asimilación de la vida diaria.
Henry Ford por su parte, dijo “Si le hubiera preguntado a la gente qué querían, me habrían dicho que un caballo más rápido”, es decir, una respuesta alejada de lo que pretendemos como acto creativo, innovador.
Para un publicitario la creatividad es la fuente, el magma desde donde construir su mensaje y crear la idea. Ralph Waldo Emerson decía que “en toda obra genial reconocemos nuestros propios pensamientos rechazados”. Rechazo, elección, reconocimiento, partes intrínsecas del espíritu creativo que anida en nuestro interior.
Aunque claro, es justo analizar que ese espíritu creativo debe abarcar no solo la idea. La idea es el principio y el final, pero en medio hay todo un sinnúmero de ingredientes que hacen a la cocina de esa idea. La estrategia y el plan de medios deben estar incluidos en ese acto creador como mensaje publicitario. La estrategia de marketing para investigar, monitorear, analizar el mercado y al producto. Investigar para dar lugar a la creatividad, ya que al momento creativo hay que estimularlo, crear la oportunidad, reuniendo la mayor cantidad de datos para luego dejar volar libre a la imaginación y romper el cerco de lo ya creado. Nada se consigue sin esfuerzo, y plasmar esto es más fácil de decir que de hacer, lógicamente. Pero hay que atravesar esa zona oscura, de tinieblas, en donde la desesperanza y el desánimo juegan sus cartas para mostrarnos la frustración, el fracaso, puntos con los debemos convivir. En esta zona, la de la frustración ante la no aparición de la idea, la perseverancia juega un papel fundamental que puede permitir desviar los pensamientos sensatos y razonables. ¿Qué dicen esos pensamientos sensatos? Que dejemos la idea, que es una locura, nos extiende toda su lista de razones por la que no tendrá éxito. En ese momento, se abre camino, lentamente y en silencio, la semilla que nos puede transformar y empujar más allá de los límites establecidos. Está ahí, alojada en un rincón del inconsciente, y presta para dejarse llevar por la intuición, que no es otra cosa que la sabiduría del inconsciente.
Existe entonces una “anatomía del momento creativo” (preparación, frustración, incubación, soñar despierto, iluminación o ¡eureka!), el desarrollo de una gesta en procura de la luz.
La persona creativa se arriesga, tantea en una oscuridad total, desconoce lo anterior y blasfema contra lo concreto. Se afirma en su libertad, en su imaginación para crear un origen, un nuevo ser. Ese ser nacido débil, incierto, inseguro, pero la fuerza de su vida, su efectividad, lo dará el tiempo, la voluntad, la consecución de ese acto creador envuelto en lo que hasta hace un momento era oscuridad. Picasso decía que “todo acto de creación es en primer lugar un acto de destrucción”, la destrucción de la oscuridad.
Creatividad, efectividad, imaginación, libertad, palabras que el público acepta y toma para juzgar un mensaje publicitario, a veces en forma consciente, otras inconscientemente, y de las que el publicitario debe apropiarse para lograr su objetivo.
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