Carla Montero: «Lo que más me satisface es la gente que me dice que me ha releído»
Por Sheila Alcocer Testón , 2 mayo, 2016
Carla Montero durante la entrevista – Fotografía de Sara Escribano.
La escritora de La tabla esmeralda y La piel dorada se sincera y nos ofrece un adelanto de su nueva novela El invierno en tu rostro, que llegará a las librerías en mayo.
La madrileña Carla Montero se prepara para el lanzamiento de su cuarto y más esperado libro.
Estudió Derecho y Dirección de Empresas, pero tras ganar el Premio Círculo de Lectores que le catapultó a la fama, dejó su empleo en una multinacional para dedicarse por completo a escribir y a su familia, que afirma «es lo más importante en mi vida». Sus cuatro hijos, «ladrones» de la mayor parte de su tiempo, no le impiden seguir escribiendo y deleitarnos con cada una de sus novelas, aunque para ello tenga que sacar su momento de sus horas de sueño. Carla Montero mantiene que es escritora por accidente y reconoce que todavía le suena pretencioso la etiqueta de escritora «porque a los escritores los tengo idealizados».
Tu primera novela salió en 2009, ¿por qué esperaste tanto para publicar un libro si, según dices, escribes desde hace mucho tiempo? ¿Qué te llevó a decir: este es el momento?
Quizá no hubo un momento, fue una sucesión de acontecimientos que llevaron a ello por sí solo. La primera vez que empecé a escribir fue casi como un juego. En el colegio leía novelas románticas de Victoria Holt con una amiga, y dijimos “¡vamos a hacer una cosa igual!”. Bueno pues así nace mi primer relato, espantoso por supuesto, (cuenta entre risas).
Una dama en juego me lo tomé un poquito más en serio en cuanto a la técnica, aunque tampoco tenía, pero sí que intentaba trabajar los personajes, construir los escenarios, la trama. Pero en ningún momento tenía la pretensión de que alguien de mi entorno me leyese, me daba muchísimo pudor, y más publicarlo. Mi marido y mis amigos, que finalmente lo leyeron, me animaron a que lo moviese. Surge el Premio del Circulo de Lectores y lo presento a ver qué pasa, y de esto que voy y gano (se ríe Carla). Por eso digo que fue casi como por accidente. Y de repente pues te metes en el mundo, empiezas a escribir el siguiente, me llaman los de la editorial de Plaza & Janés y ya estás en la rueda.
¿Te costó mucho encontrar una editorial acorde a tu estilo o que, simplemente, viera algo en ti para que quisieran publicarte un libro?
Al ganar el premio Círculo de Lectores, todo llega por sí solo. El ganarlo implicaba que te publican, aunque no es una editorial al uso. Pero bueno la gente de Ramdon House leyó mi novela, que son los propietarios de Plaza & Janés, les gustó y ya empecé a trabajar con ellos. Mi caso es bastante atípico, normalmente tienes que contactar con un agente que te ayuda para meterte en las editoriales. También es verdad que si no hubiese ganado el premio, probablemente no habría hecho nada, porque ponerte a llamar a editoriales a “puerta fría” es muy difícil. Aunque reconozco que después de haber llegado a los cinco finalistas, si no hubiese ganado, habría sido un jarro de agua fría. Me habría desilusionado.
¿Qué se siente el día antes de publicar un nuevo libro? ¿Puedes dormir?
Bueno al final como es un proceso tan gradual, se hace todo muy largo. Primero viene la primera revisión, luego la corrección, la portada, escribir la biografía… No es que haya un día antes. Para mí realmente el ‘día’ es aquel que la entrego a la editorial, pues sientes un gran alivio, primero por haber cumplido los plazos y también por haber cumplido mi reto personal: algo que empieza y que parte de una idea en la que has invertido mucho tiempo en un montón de páginas. Yo he entregado la última novela en diciembre y, sin embargo, sale publicada ahora en mayo.
¿Cuesta mucho trabajar con plazos?, pues hay veces que la inspiración no llega…
Yo siempre digo que la inspiración viene trabajando. Tienes que sentarte y ponerte. Hay días que te cuesta muchísimo escribir una línea y días que te sale solo, pero tienes que estar ahí. A mí me gustaría poder ser más metódica, pero mi vida no me lo permite. Al final escribir, como cualquier otra tarea creativa, tiene una parte de inspiración y mucha parte de transpiración. Escribir se hace escribiendo, no hay otra manera. Si un día escribes menos, no pasa nada, pero si paras, luego cogerlo otra vez cuesta muchísimo. Yo tiro mucho de noches, porque al final es cuando estoy más tranquila y están todos durmiendo. Pero no puedo terminar cuando quiero, porque al día siguiente tengo que madrugar, entonces me pongo un tope de dos-tres horas. Por eso el verano es el momento ideal, ya que lo puedo dejar más tarde.
¿Cómo surge el tema de un nuevo libro?, porque te basas en un contexto histórico real. ¿Dedicas mucho tiempo a documentarte?
Pues es una chispa que surge de las cosas más insospechadas. Por ejemplo, La tabla esmeralda fue viendo un documental sobre el expolio nazi. Ahí tienes el germen. La piel dorada me surgió delante de un cuadro de Picasso. Luego hay algo muy mágico y a la vez muy incontrolable y, por tanto, desesperante, que es cómo conviertes eso en historia. No me lo preguntes, porque no lo sé (risas). Yo sé que tengo la idea y a partir de ahí empiezo a enlazar cosas. Pero no lo sé porque no hay una técnica o un método, no hay una receta.
Entonces, ¿cuánto tardas aproximadamente en escribir una novela?
La escritora, explicándonos las fases de la edición de su nuevo libro – Fotografía de Sara Escribano.
Varía mucho, a veces también por la propia extensión. El tiempo real es muy difícil de calcular, a lo mejor haymeses de verano a los que le saco mucho provecho y hay veces que no me cunde nada. Pero entre que saco la última novela y publico la siguiente pasan dos años, aunque luego nunca son dos años reales de escritura, porque están las revisiones, entras en promoción mínimo tres meses, etc., realmente se queda en un año y medio. En realidad, una novela se puede escribir perfectamente en un año, incluso con investigación. Luego hay muchas cosas que influyen como la suerte, estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, caer en gracia… yo siempre digo más vale caer en gracia que ser gracioso.
¿Cómo se siente una tras recibir una crítica de una escritora de la talla de Julia Navarro como la que te hizo de La tabla esmeralda?
Es un honor, sobre todo cuando llegas de “novatilla” que alguien como ella escriba eso, es una gran satisfacción.
Se nota un cambio de registro o de estilo en La piel dorada respecto de los dos libros anteriores. ¿Por qué decidiste pasarte a este género de novela policíaca?
Sí, tiene un punto de novela negra. Me apetecía experimentar con algo distinto. Me gustó como ejercicio, aunque reconozco que las escenas más truculentas me costó mucho escribirlas. También me pasa con las escenas de sexo, no me gusta escribirlas porque pienso que puedes caer muy fácilmente en los tópicos. Es muy difícil describir estas escenas con cierta sensibilidad, sin repetir siempre lo mismo. Le doy muchas vueltas para hacer algo diferente. Pero creo que es necesario meterlas, tampoco las puedes obviar porque forman parte de la vida. En los libros en las que faltan, se nota.
¿Puedes avanzarme algo de tu próximo libro? ¿Cuándo podremos disfrutarlo?
Puedo avanzar el título: El invierno en tu rostro, que saldrá el próximo 5 de mayo. Y en primicia diré que es una historia que me ha dado muchos quebraderos de cabeza porque está basada en una historia familiar y me ha resultado muy difícil. Ha sido el único libro donde he estado dudando el final hasta el último momento. De hecho, el final se ha cambiado, no es el que había escrito como primera opción. Los personajes me han llevado por otro sitio, aunque parezca imposible (dice entre risas). Yo siempre hago un esquema de la trama, tengo que tener un guion sobre el que caminar, aunque luego vaya variando. Cuando llegué al final sabía que no, que algo fallaba. Es la primera vez que me pasa, pero quizá por eso también es del libro que me siento más orgullosa. También es la historia más humana de todos ellos por estar basadas en personajes reales.
Es la historia de dos hermanastros, que se han criado juntos y acaban enamorándose. Pero por cosas del destino terminan separándose. Estamos en los comienzos de la Guerra Civil, ella simpatiza con la causa franquista y él, en cambio, con los comunistas. Él además está en Francia y ella, en España. A través de los ojos de ambos vamos viendo tanto la Guerra Civil española como la Segunda Guerra Mundial.
En definitiva, lo que he venido a transmitir a la gente es algo de lo que me he dado cuenta y es que no importa tanto las ideas o cómo se piense, sino la clase de persona que eres.
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