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Carta abierta a la señora Cristina Lagarde

Por Carlos Almira , 19 junio, 2015

Estimada Señora Cristina Lagarde:
Esto es lo que humildemente pienso del problema de Grecia y, en general, de todos ustedes, los acreedores y las autoridades que están en el fondo (FMI, UE, OTAN, etcétera):
1. En primer lugar: los griegos de a pie no les deben a ustedes ni un céntimo de euro. La deuda, contraída por sus gobiernos de acuerdo con los propios acreedores, privados y públicos, lo ha sido de espaldas a ellos y para beneficio de todos ustedes. Por lo tanto, no son los griegos los que deben reembolsarles nada a ustedes sino al contrario: son ustedes los que deben devolverle al pueblo y al gobierno griego actual los cientos de millones de euros que ya les han sustraído ilegítimamente, con los intereses correspondientes, junto con las indemnizaciones que correspondan por todo el daño que les han causado y les siguen causando.
2. En segundo lugar: la Unión Europea, como ustedes mismos (FMI, Banco Mundial, etcétera), no representan ni a un solo ciudadano, sino sólo a grupos de intereses privados, que usted tan bien conoce. Por lo tanto, todas sus actuaciones y normas, todos sus reglamentos y directivas, carecen de legitimidad y sólo deben ser obedecidos por la pura fuerza.
3. En tercer lugar, la UE (como la OTAN), es una organización imperial y antidemocrática. El fin de la guerra fría y el desmoronamiento del bloque soviético (que yo celebré en su momento y celebro aún), no les da a ustedes ningún derecho legítimo para expandirse hacia el este, incluida Ucrania. El Imperio Ruso no es más, pero tampoco menos democrático que ustedes. Puesto que se trata entonces de una cuestión militar, Rusia está en todo su derecho a oponerse a ustedes con todas las armas y medios que encuentre a su alcance, incluidos los nucleares. Si el único mundo posible es el que ustedes representan, quizás no merezca la pena preservarlo.
4. Por último: Puesto que Grecia debe ser sacrificada a sus intereses de ustedes, su gobierno actual debería, en mi modesta opinión, salir no sólo del euro, sino de la propia Unión Europea y de la OTAN, y establecer acuerdos económicos y militares con Rusia (incluidos el acceso al Mediterráneo de la flota rusa y la reutilización de las bases de la OTAN en su territorio por el ejército griego y ruso).
Sus mercados, sus comisiones y comités de expertos, sus inversores, sus medios de comunicación, sus instituciones (desde la ONU para abajo), se pueden ir, por lo que a mí respecta, a la m…. No valen, como decía Dostoievski, ni una lágrima de un solo niño atormentado de Atenas.