Chou Bisnis
Por Óscar Hernández , 29 enero, 2015
Un buen amigo me cuenta que sólo tras acabar la carrera -una ingeniería aeronáutica nada menos- se da cuenta de que lo suyo, su vocación, su verdadera pasión, es el cine. Quiere ser director, dice, y ha decidido utilizar sus conocimientos para diseñar drones con los que filmar películas. Ese será su puente al mundo del chou bisnis.
Es difícil acertar en la carrera profesional que uno elige. Lo sé. La vocación no siempre es clara. La mía es contar historias. Y la vocación del Presidente del Gobierno es, en cambio, alegrar la vida a los demás. Pero se equivocó de carrera, de estudios. O lo equivocaron. Imagino que su familia quiso que el joven Mariano fuera un abogado de éxito, un respetado notario o un ecuánime juez. Se convirtió en registrador de la propiedad. Mucho dinero y pocas sonrisas. Luego político. Concejal, Diputado, Ministro y Presidente. Mucha responsabilidad, mucho poder. Todo el poder. Sin embargo no es lo suyo.
Siempre he visto que Rajoy tiene una poderosísima vis cómica. Es cierto. Cada discurso en el hemiciclo, en el plasma o en un mitin, es un grandioso monólogo digno de El club de la comedia. Sí, Mariano debió hacerse cómico. Un cómico de esos de aspecto gris y serio, como Eugenio, o Tip y Coll, o Gila quizá. Un cómico que hace reír sin reír porque lo que dice y cómo lo dice despiertan los músculos faciales del auditorio. Usa el ingenio y la ironía como pocos. Uno nunca sabe si habla en serio o en broma. Sólo el BOE descubre sus verdaderas intenciones. Pero si nos saltamos ese pequeño detalle, es la monda.
Y ahora, con disimulo, está haciendo el tránsito del mundo de la política al del chou bisnis del humor. Sí, está preparando el camino para cuando deje de ser Presidente, presumiblemente el próximo otoño-invierno. Y lo está haciendo con esos vídeos institucionales dignos del Goya. Sobre todo el que protagoniza visitando a sorprendidos conciudadanos para darles las gracias por aguantar. Le gusta eso de pedirle a la gente que aguante, que resista.
Sí; si no fuera porque es un vídeo real cualquiera pensaría que es un gag de un genio del humor. Hay quien tiene ese don y quien no. Por ejemplo, González Pons no lo tiene. Cada vez que él habla, un gatito de esos que pueblan internet muere. O Cospedal. Bueno, cuando ella habla se desatan tempestades, huracanes y las fuerzas del Averno.
Pero Mariano tiene eso, tiene el don del humor.
Y mucho mejor sería para todos que se tomara en serio su potencial como maestro de las sonrisas y dejara la Moncloa para dedicarse al chou bisnis.
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