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Comienza el Giro, retorna la épica

Por Fermín Caballero Bojart , 8 mayo, 2015

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El ciclismo no entiende de la vida. Solo cuando el fracaso acecha, la agonía del ciclista resurge para alimentar la pasión del aficionado. Muerte deportiva enmascarada de sufrimiento que condena los sueños al precipicio del anonimato. Así fue y así será. Mientras tanto la modernidad aplasta el paso del tiempo con su innovación desenfrenada, fulgurante. Y los frenos de disco, futuro inmediato, dejarán paso a los nuevos materiales que darán forma a las máquinas. El ciclismo moderno nunca existió, la bicicleta permanece, los atletas trascienden, las competiciones perduran y así el rosa de ayer es el líder de hoy. Así pervive el Giro de Italia, así renace cada año una gran vuelta.

Y Sanremo cuna de flores, canción y póquer recibirá por un antiguo trazado ferroviario transformado en el carril bici Cycling Riviera a las nerviosas squadras que pelearán por el primer maillot de la corsa. El guión de tres semanas incluye llamadas a la épica moderna, con un sterratto de 9 km en el Colle delle Finestre (cima Coppi), donde la fuerza de la tierra quedará impregnada en las pantallas de plasma a todo color o con el Passo del Mortirolo convertido en un juzgado de guardia, con rampas por testigos, pasillos de aficionados colapsando el acceso a la sala condenatoria y los ciclistas empeñados en defender su gloria.

Ausente Quintana, último ganador de la carrera, Alberto Contador deshojará la margarita entre Urán, Porte y Aru. Un escalafón por debajo parecen llegar Pozzovivo y Van den Broeck. Y desde la Rusia clásica y con fuerza entra el inédito Ilnur Zakarin. Apeninos, Alpes y leyendas de elegantes maillots, que acuden fieles a una cita con la publicidad, con los patrones saboreando las fugas y los dioses boquiabiertos ante el diccionario del siglo XXI. Un libro que quiere tachar la palabra doping de sus páginas y desenterrar de una vez por todas el mito del hombre triplete. Nadie lo conseguirá, debaten las hordas. Lejos está la mentira americana, el ogro belga o la espada navarra, tan lejos que tienen que volver a las líneas de meta para ver si el fantasma del anonimato les ha empujado al precipicio.

Y hasta Milán pasarán por cuatro puertos de categoría especial, once de primera, siete etapas para sprinters y siete emboscadas de media montaña. Todo un entramado exigente, aunque menos que ediciones anteriores, donde una contrarreloj individual de 59 kms despejará la clasificación de dudas tres días antes de la etapa reina (Pinzolo-Aprica) y a falta de una semana para la penúltima etapa (Saint Vicent-Sestriere) donde les espera el techo del Giro.

Todo queda atrás, el moderno, el clásico, los watios, los kilos, las pruebas médicas, los catarros, las lesiones o las caídas. Todo vuelve a empezar de cero pero con otro punto de vista. Un año más viejos en una edición diferente. Todo a punto para que los atletas pasen hoja a la historia y se conviertan en una moderna guía de ciclismo de estrategia y genialidad. Comienza el Giro, retorna la épica.

Etapa 1. Sábado 9. San Lorenzo-Mare Sanremo, 17,6 km CRE

Etapa 2. Domingo 10. Albenga-Génova, 173 km. Llana.

Etapa 3. Lunes 11. Rapallo-Sestri Levante, 136 km. Media montaña.

Etapa 4. Martes 12. Chiavari-La Spezia, 150 km. Media montaña.

Etapa 5. Miércoles 13. La Spezia-Abetone, 152 km. Media montaña.

Etapa 6. Jueves 14. Montecatini Terme-Castiglione della Pescaia, 181 km. Llana.

Etapa 7. Viernes 15. Grosseto-Fiuggi, 263 km. Llana.

Etapa 8. Sábado 16. Fiuggi-Campitello Matese, 188 km. Alta montaña.

Etapa 9. Domingo 17. Benevento-San Giorgio del Sannio, 212 km. Media montaña.

Lunes 18. Descanso

Etapa 10. Martes 19. Civitanova Marche-Forli, 195 km. Llana.

Etapa 11. Miércoles 20. Forli-Imola, 147 km. Media montaña.