Cómo acojonar a todo un país con un micrófono
Por Víctor F Correas , 30 octubre, 2015
Os podría contar muchas cosas del día de hoy.
Que, por ejemplo, hace ciento cinco años nació una persona llamada a ser un eterno poeta a pesar de morir joven. Miguel Hernández se llamó; que hace cincuenta y nueve años, otro escritor que nos legó obras como ‘Mala hierba’ o ‘Zalacain el aventurero’, entre otras, dijo que aquí nos quedábamos, que él se marchaba. Ese escritor fue Pío Baroja; o que el príncipe Juan Carlos asumió provisionalmente la jefatura del Estado hace hoy cuarenta años por enfermedad de Franco. Franco nunca más recuperaría dicha jefatura; y que a Alexander Flemming le llamó la atención una placa de cultivo hace ochenta y siete años. Había descubierto la penicilina.
Pero de todo lo ocurrido hoy me quedo con este acontecimiento de hace setenta y siete años y que hace dos relaté en mi blog. Había que ser un genio, muy inconsciente, o tenerlos bien puestos para acojonar a todo un país. Y eso fue lo que consiguió Orson Welles. Lo bordó, el muy cabrón.
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