Criar sin género ¿nueva moda o esquizofrenia paternal?
Por Sandra Ferrer , 21 febrero, 2014
Ayer encontré en este mismo periódico digital una noticia que me dejó un tanto pasmada. A modo de resumen, la información, bajo el título «
Una pareja cría a su hijo sin género para evitar los estereotipos«, venía a decir que dichos padres habían decidido eliminar de la crianza de sus hijos toda referencia a las diferencias de género. Si no os convence mi resumen, os invito a que leáis la noticia completa.
Sinceramente, será que una está chapada a la antigua o a mí estas modernidades me superan. Con todos los respetos, creo que estas actitudes de padres que utilizan a sus hijos como conejillos de indias son del todo desafortunadas.
Está claro que en el siglo XXI la igualdad de género y la emancipación de la mujer son temas que ya no son tabú y, aunque sí que es verdad que aun queda un largo camino por recorrer, sobretodo en lo que a violencia de género se refiere, dudo que pintándole las uñas a un niño se solucionen problemas de tamaña seriedad.
Es cierto que hombre y mujer deben ser iguales. Pero iguales ante la ley y la sociedad. Pero no creo que sea machista ni retrógrado vestir a un niño de azul y una niña de rosa o dejar que tu hijo juegue a la pelota y tu niña se vista de princesa. Aunque ahora va a resultar que regalar un balón a un niño o una muñeca a una niña será razón suficiente para quemarte en la hoguera de la modernidad.
Será que yo tengo la conocida como «parejita» y nunca he tratado de manera distinta a mi hijo y a mi hija pero a mi nunca me ha molestado que el muchachuelo juegue con espadas de la misma manera que no le prohíbo que juegue con la cocinita rosa de la Hello Kitty de su hermana. Y a la inversa lo mismo. La verdad es que cuando compraba bodies azules para mi bebé chico o me saturaba (aún lo hago) con el rosa que a mí (y a mí princesa) me chifla, no iba más allá del simple deseo por algo más o menos bonito. Será que soy un poco simple. A lo mejor.
Me da la sensación que en el afán de algunos por alejar a sus retoños del demonio capitalista y romper todas las normas establecidas, se pasan demasiados pueblos. Que esta pareja negara a sus hijos el nombre (objetivo) de niño o niña me parece descabellado. Me parece que empiezo a conformarme con esto de ser simple.
Yo diría, en mi siempre humilde opinión, que son más importantes cosas como los valores de la igualdad, que todos en casa hagan lo mismo, ayuden por igual, sean del género que sean, que no que lleven un pantalón de un color o una falda de otro.
Educar en el respeto no significa que debamos negar a nuestros hijos lo que son. Y yo creo que hay cosas que son por naturaleza, y no por convenciones sociales. Que las mujeres sean más dulces y los hombres más rudos no creo que se acentúe ni se palíe por pintar a un retoño las uñas (perdonad que lo vuelva a citar, pero es que me ha extrañado la anécdota, qué quereis).
Que los niños crezcan alejados de la violencia, el machismo más dominante o la panfilez femenina más supina, creo que depende más de enseñar a nuestros hijos a respetarse los unos a los otros aceptando la diferencia de ambos géneros y no poniéndonos a todos en el mismo saco. No sé si me explico.
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