Cuadrados perfectos y círculos cerrados en la actualidad Europea
Por Andrés Expósito , 15 junio, 2014
El fanatismo germina y florece en supuestos cuadrados perfectos y en círculos cerrados e interminables, no en ventanas y puertas abiertas. La reflexión y la comprensión deben apoyarse para validar la estructura, el compendio y la salubridad de la resolución y la evolución que trae ese atisbo que proporcionan las ventanas y puertas abiertas: otros lugares y formas, costumbres y posibilidades.
Residimos en la irrisoria creencia que esas esquinas que transitamos habitualmente, esos ángulos perfectos de 90º que se sostienen en ordenados, alfombrados y claros cuadrados, o esos círculos interminables que hacen del siguiente día un duplicado y repetición del anterior, deban ser los oasis idílicos y exclusivos que toda persona o ser humano deba aplaudir y elucubrar como verdad y certeza ante otras. La desconsideración de pensar que no hay otras esquinas, opiniones, realidades, posibilidades y costumbres, que contengan el conocimiento y el argumento para secundar el florecimiento y el tránsito de la vida, solo presupone semillas y esencias de fanatismo ideológico y de primitivas involuciones.
La actualidad y el proyecto europeo, atienden, componen y se dirigen hacía líneas y trazos que esbozan y han esbozado en otras épocas, esos “supuestos” cuadrados perfectos y esos círculos cerrados e “interminables”. Se observan y aprecian anotaciones en ese cuaderno de viaje europeo, emborronadas e hilvanadas por las cúspides del Poder Político y Empresarial, constantes y paisajes donde problemas y situaciones que parecían encauzar previsiones colmadas de claridad y color, han vuelto sin embargo, a ennegrecer y a oscurecerse. La posibilidad del ciudadano queda maniatada y proclive al esclavismo subliminal y voluntario, hacinados y atrincherados en las ciudades entre cemento y hormigón, donde no crecen, ni se arman, ni componen frutos que desarmen y desahucien las hambrunas y las necesidades lógicas y aceptables para convivir y residir de una manera laudable y humana. Y así, los días solo parecen traer otros días, relegarnos del presente y adormecernos en mañanas que solo traerán símiles situaciones, las pasadas, llenas de desamparadas constantes y de embargadas sonrisas y felicidades.
Los “supuestos” cuadrados perfectos o los círculos cerrados e “interminables”, parecen, una vez más, traernos dictatoriales y regios conceptos, sin atisbar que afuera de ellos, la pluralidad y la probabilidad es extensa e infinita, y las mañanas se despiertan en disímiles y múltiples lugares y formas. Los ángulos de 90º de las esquinas de los cuadrados que proyectan, en un principio, en una inicial ojeada, orden, rectitud y perfección, solo proclaman ceguera, tozudez y exclusivismo, al igual que los “interminables” círculos cerrados, y es en esa manera que dentro de los mismos emergen y florecen sus particulares fanatismos, aislándose y protegiéndose y negando la realidad exterior.
No interesa, por otro lado, proyectar ventanas y puertas que supongan otros conceptos, argumentos y posibilidades, pues ello devaluaría y pondría en entredicho los suyos propios.
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