De las plazas a los ayuntamientos
Por José Luis Muñoz , 21 mayo, 2015
El domingo que viene, el poder de la plaza puede saltar al ayuntamiento y no será una figura poética. Aquel movimiento joven e ilusionado que surgió el 15M, tomó las plazas y las calles y dio la vuelta al mundo, al que se sumaron millones de indignados por la situación asfixiante de la economía del país y la corrupción insoportable, que llenó con su grito de protesta nuestras ciudades en un movimiento cívico sin precedentes, puede empezar a gobernar, sin ir más lejos, dos de las principales ciudades de España, Madrid y Barcelona, y, además, lo hará a través de dos mujeres luchadoras de generaciones muy distantes pero ideario muy próximo, una jueza veterana con una carrera democrática intachable a sus espaldas y una mujer combativa que siempre ha estado junto a los que se quedaban sin casa, como punta de lanza en todas las luchas sociales y nunca se ha mordido la lengua. Ada Colau y Manuela Carmena, en Barcelona y Madrid respectivamente, tienen muchas opciones para ocupar los sillones de alcaldesa y empezar a gobernar en esos dos importantes municipios a favor de la ciudadanía, y enfrente tienen a alguien de tan escasa sensibilidad social como Xavier Trías, que ha apostado por vender la ciudad al turismo, su puerto a los cruceros de lujo y centra sus esfuerzos en la persecución implacable de los manteros, y en Madrid a la adalid de la corrupción del PP, Esperanza Aguirre, la cazatalentos que se rodeó de indeseables, la presidenta de la Comunidad del tamayazo que albergó en sus municipios al grueso de la trama Gürtel, la exministra de cultura de Sara Mago de la que el poeta Gil de Biedma se avergonzaría, la pija castiza, soberbia y prepotente que vuelve a la política, según ella, para impedir que gobierne Podemos pero realmente lo hace para moverle la silla a Mariano Rajoy que se ha tapado la nariz para designarla como candidata.
Tanto el programa de Ahora Madrid como el de Barcelona en Común abogan por ciudades sostenibles en donde se rescate al ciudadano al paso de la exclusión para que no pueda perder su vivienda y tenga un acceso a los recursos mínimos que le garanticen una vida digna; apuestan de forma decidida por lo público, la cultura y el desarrollo del barrio; apoyan al mediano y pequeño empresario como generador de la mayor parte de los empleos que se puedan crear en el ámbito municipal; se deciden por el pequeño comercio de proximidad; abogan por la integración del emigrante (aquí el candidato Antonio Carmona del PSOE y su brillante propuesta de un carnet para ellos deberían incorporarlo automáticamente a sus programas), la racionalización de la obras públicas, la revisión de las privatizaciones, la transparencia absoluta en las cuentas, la persecución implacable de la corrupción…la humanización de las dos urbes.
Por dignidad democrática esos dos personajes del pasado, Xavier Trias y Esperanza Aguirre, cuyos respectivos partidos están enfangados en la corrupción, deben ser arrumbados al desván de la historia para que entren en los consistorios de Barcelona y Madrid gente nueva con ideas de mejorar las dos ciudades y ponerse al servicio de sus ciudadanos, porque eso son, en definitiva, las ciudades: sus ciudadanos. Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona por los votos de la ciudadanía.
Que las plazas entren en los ayuntamientos de este país y que se abran sus ventanas y se aireen. En estas elecciones nos la jugamos entre dos modelos de ciudad antagónicos. Yo apuesto por el de los ciudadanos.
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