DÍA INTERNACIONAL DE LOS ABUELOS

Hoy me he despertado bastante nostálgica, pero muy agradecida por haber compartido mi vida con mis abuelos. No podría definirles en una sola palabra, pero sí destacaría dos: especiales y maravillosos.

Hoy no es un día de celebración nacional, pero yo sí que voy a celebrarlo. Por los que todavía están y por los que se fueron demasiado rápido. Gracias infinitas a todos por enseñarme a valorar las cosas más simples de la vida, y ver que en realidad son las más completas, por vuestras historias de superación y diversión, por animarme, por darme todo aún no teniendo nada, gracias infinitas por todo lo que habéis hecho y hacéis por mí. Las gracias os las debería de dar yo a vosotros.

Todos en algún momento hemos perdido a un abuelo, y sabemos lo duro que es. Ojalá pudiésemos retroceder y volver a disfrutar los momentos con vosotros. Escuchar vuestra voz, vuestra risa. Contaros cómo va todo y cuánto os echamos de menos. Volver a vernos una última vez. Menos mal que hay recuerdos y personas que nunca se olvidan.

Dicen que los abuelos deberían ser eternos, y sí que lo son, porque, aunque se vayan, siempre estarán con nosotros, vayamos a donde vayamos, hagamos lo que hagamos, pensemos lo que pensemos. Siempre tienen un hueco en nuestra mente, y, sobre todo, en nuestro corazón.

 

 

 

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