El 11 de septiembre que no se quiere recordar
Por Agustín Ramírez , 16 septiembre, 2014
Ya ha pasado el 11 de septiembre y para los medios de comunicación solo son dignos de cita dos aniversarios: el de la Diada de Cataluña y el del atentado de las Torres Gemelas de Nueva York; ambos me parecen respetables y con una importancia histórica indiscutible; no obstante, me duele, como cada año, que el 11 de septiembre de 1973, fecha en la que el general Pinochet dio un golpe de estado en Chile contra el gobierno legítimo del presidente Salvador Allende, sea ignorado de forma sistemática.
La implicación política, financiera y militar de los EE.UU. de Norteamérica en ese golpe de estado está fuera de toda discusión, fueron los EE.UU. quienes dirigieron el golpe, cortando el discurrir de una historia democrática hacia un concepto de política en beneficio de la inmensa mayoría. Pero el discurrir de la Historia está demostrando que ese golpe de estado, precursor de otros de las mismas características que se dieron en América latina, fue algo más que un golpe de estado en un país, fue un golpe de estado a las posibilidades de desarrollo democrático y económico a favor de las clases populares, y fue el aldabonazo de salida de una forma de hacer política a favor de las clases dominantes.
Asentada la detención del desarrollo de políticas de progreso social, la llegada al poder de Margaret Thacher y Ronald Regan son el pistoletazo de salida de las políticas de desregulación económica y financiera, semillas de la desigualdad social a favor de los más poderosos, embrión de futuras crisis económicas y financieras que tienen por resultado el incremento de la riqueza de unos pocos en detrimento del empobrecimiento de la inmensa mayoría.
Pero todo este proceso no solo es imputable a quienes lo idean y promueven, este proceso no es posible sin la colaboración de aquellas organizaciones políticas y sociales, que se definen como progresistas, pero que aceptan el papel de servidores de aquellos que en realidad mandan en el mundo: la Comisión Trilateral, el Grupo Bilderberg y sus adláteres de hoy: Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo.
El libro del profesor Joan E. Garcés. Soberanos e Intervenidos, es un muestrario, a través de las copias de documentos oficiales, de todo lo anterior, de las condiciones que se imponen a las nuevas democracias, de la financiación de determinados partidos “progresistas” y que solo sin su conocimiento se puede explicar la situación actual.
En definitiva, NO SE SI PODEMOS, PERO SÍ DEBEMOS defender una política a favor de la inmensa mayoría, y esa política tiene que hacerse a costa de los privilegios de la inmensa minoría, y la manera de llevarse a cabo nopuede ser otra que con el convencimiento y el conocimiento de que otro mundo TIENE QUE SER POSIBLE.
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