El escritor es un cazador solitario (mesa redonda). Día dos
Por Alfonso Vila , 30 enero, 2014
De nuevo ante ustedes. Reiniciamos el debate con nuevos escritores pero las mismas preguntas.
Empezamos ya…
PRIMERA PREGUNTA: ¿El escritor es alguien especial, alguien distinto a los demás?
ANAÏN NIN: Se vive así, cobijado en un mundo delicado, y uno cree que vive. Entonces lee un libro (Lady Chatterley, por ejemplo, o va de viaje, o habla con Richard, y descubre que no vive, que está simplemente hibernando. Los síntomas de la hibernación se pueden detectar fácilmente. El primero es la inquietud. El segundo síntoma (que llega cuándo el estado de hibernación empieza a ser peligroso y podría degenerar en muerte) es la ausencia de placer. Eso es todo. Parece una enfermedad inocua. Monotonía, aburrimiento, muerte. Hay millones de personas que viven (o que mueren) así, sin saberlo. Trabajan en oficinas. Tienen coche. Salen al campo con su familia. Educan a sus hijos. Hasta que llega una brusca conmoción. una persona, un libro, una canción… y los despierta, salvándoles de la muerte.
Algunos se quedan dormidos para siempre. Son como el que se durmió tendido en la nieve y nunca más despertó. Pero yo no corro peligro, porque mi casa, mi jardín, mi agradable vida, no consiguen arrullarme. Sé que estoy en una bonita cárcel de la que sólo podré huir escribiendo.
CURZIO MALAPARTE: No puedo escribir más de lo que visto y vivido.
MARIO BENEDETTI: Soy escritor porque no habría podido no serlo.
ENRIQUE VILA-MATAS: La literatura me ha permitido comprender la vida. Pero precisamente por eso me deja fuera de ella.
JHUMPA LAHIRI: Durante gran parte de mi vida quise ser otra: alguien normal y corriente.
SEGUNDA PREGUNTA: ¿Para qué escribir?
LOBO ANTUNES: La literatura me ha salvado de la idea del suicidio, que tanto me ronda.
ANTONIO BUERO VALLEJO: Sólo sé que necesito expresarme escribiendo y que necesito comunicarme con los demás de ese modo. Después creo saber también que escribo para plantear problemas, para buscar verdades, para abrir ojos, para ayudar, para criticar; para otras muchas cosas…
ANAÏS NIN: Pero no siempre me encuentro en lo que yo llamo estado de gracia. Tengo días de iluminaciones y fiebres. Días en que la música de mi mente se interrumpe. Entonces remiendo calcetines, podo arboles, recojo fruta o saco brillo a los muebles. Pero mientras estoy haciendo esas cosas no siento que vivo. Sólo siento que vivo cuando escribo.
KURT VONNEGUT: No sé como hay gente que vive sin escribir.
JEFFEREY EUGENIDES: El escritor tiene que ser consciente de su obligación de darle algo gratificante al lector, algo que este no puede encontrar en ningún otro lugar salvo en un buen libro.
MIGUEL DELIBES: Llega un momento en que escribes como un deber hacia los demás. Al principio, no. Escribes con la ilusión de comerte el mundo, de hacer algo importante, la gloria, etc. Necesito escribir pero no soy feliz escribiendo, salvo algunos días.
CLARA SÁNCHEZ: La literatura me ha hecho madurar y no enloquecer.
TERCERA PREGUNTA: ¿Cuál es el límite de la escritura? ¿Hasta dónde estáis dispuestos a llegar?
F. S. FITZGERALD: Toda buena literatura es nadar bajo el agua y contener la respiración.
HERTA MÜLLER: La buena literatura brilla y te hace daño. Tiene que notarse en ella el peso de lo vivido, el dolor infinito que te infringe la vida.
JEFFREY EUGENIDES: Cuando escribo una novela no existe nada más. Vivo dentro de ella, me absorbe por completo.
MODERADOR:
Bien. Se nos acabó el tiempo. Algún consejo para terminar…
ELIAS CANETTI: Escribe sobre lo más íntimo y personal: lo general está en los periódicos.
JOHN FANTE: Si quisiera, podría destruir tu vida en 20 palabras o menos.
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