El miedo de Marazu
Por Javier Gil , 26 noviembre, 2014
Lugar: Festival Acròbates – L’Oncle Jack (L’Hospitalet – Barcelona)
Fecha: 20 de Noviembre de 2014 Fotografía: Gemma Alonso
Cuando uno entra en l’Oncle Jack tiene la sensación de haber deseado respirar más a menudo ese ambiente. Concierto íntimo entre músico y público, las distancias son tan cortas que se crea un clima no tan solo de complicidad entre ambas partes, también de colegueo en búsqueda de emoción compartida.
Dentro del festival Acróbates, Jorge Marazu, natural de Ávila, comenzó el concierto dispuesto a lanzar sus temores en forma de canciones. Empezaba a desgranar su universo con una versión de “Es caprichoso el azar” de Joan Manuel Serrat. Un tipo que se atreve a comenzar con semejante obra hay que tenerle en cuenta desde el primer minuto.
Tuvo el arrojo de compartir con la gente su posición musical: las canciones de amor y desamor son las que mueven su mundo interior. Guitarra en mano defendió la siempre melancólica canción de Antonio Machín “Toda una vida”.
“No me cansaría de decirte siempre, pero siempre, siempre, que eres en mi vida ansiedad angustia y desesperación.”
De cosecha propia, letras como “Escandinavia”, “Recuerdo crónico” (un pequeño inciso, a pesar que Sergio Dalma la haya llevado a lo más alto de las radiofórmulas, no nos confundamos… Letra y música: Marazu) o “Hiroshima” hacen que este creador de sueños, pasajes, pelos de punta te cautive poco a poco.
Punto y aparte son dos canciones. Puestos a soñar se podría publicar un vinilo donde en la cara A apareciera “Haces bien”. Esta canción fue compuesta por él y César Pop (músico y mano derecha de artistas como Quique González y Leiva). Sería un pecado no incluirla en su próximo disco. Se merece un lugar diferente.
En la cara B, la joya de la corona: “Miedo”. Empiezan los primeros acordes y aparecen las primeras frases como arpones al corazón.
“Qué fugaz la juventud, imposible de parar. Cómo se escapó de entre tus dedos. Tanto tiempo de luchar, morir y resucitar. Creo que nada es de verdad y si me despierto, siento miedo.”
El abulense acabó su concierto con tres versiones que transformó en magia y una sensibilidad que pocos pueden presumir: la improvisada “Un vestido y un amor” junto al que había sido pianista del grupo argentino Soda Stereo, “La bien pagá” y “María la portuguesa”.
A modo de convencer a quién lea esto de que Jorge Marazu merece un sitio dentro del panorama musical, sólo escribiendo estos versos es suficiente.
“Tengo tu listón tan alto que autoestima apenas no me queda”
Toda una clase de metáfora y poesía para enseñar en las clases de expresión escrita. ¡Quién fuera miedo!
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