EL PSOE Y LA EDUCACIÓN OBLIGATORIA HASTA LOS 18 AÑOS
Por Carlos Almira , 24 octubre, 2015
Personalmente, siempre me ha parecido razonable la postura que considera que el Derecho establece un orden heterónomo y coactivo que no es compatible con el concepto, ético y no jurídico, de obligación. Creo que, en el caso de la obligatoriedad de la enseñanza, más allá de la infancia (establézcase el corte donde social e históricamente, corresponda), el Derecho invade un terreno que no le corresponde, de libertades fundamentales del individuo, y pienso que debe quedar al sujeto la potestad, si no la obligación moral, de la desobediencia pacífica y razonada a la norma jurídica.
El PSOE, como en general la ideología clásica de la izquierda, siempre ha tenido en la educación un caballo de batalla y un asunto justo de reivindicación. En el siglo XIX, y también en el XX, la educación era un privilegio de la burguesía y, en general, de las élites de la sociedad (que, en el caso de los países católicos como España, estaba además mediatizada y dominada por la Iglesia). El acceso a la cultura escrita era una aspiración justa de los trabajadores. Para estos, que sus hijos estudiasen, que accediesen a la enseñanza, era una de las pocas, si no la única, opción de promoción social y de justicia. De futuro. En este sentido, históricamente, ha sido una causa justa que yo suscribo plenamente aun hoy.
Ahora bien: el PSOE es también, históricamente, responsable de la destrucción de cualquier sentido positivo de la educación en España (de la Educación como vía y medio de promoción, no solo social, sino, si me me permite el término, espiritual, del individuo). Todas las leyes educativas desde la nefasta LOGSE, así como las promovidas por el PP, han apostado por el sistema del pesebre; por la escuela y sobre todo, el instituto como guardería; por la destrucción de contenidos y de la autonomía y el prestigio de los docentes; así como de la dignidad y el valor humano de los educados. Es duro decirlo, pero creo que es así.
La obligatoriedad de la educación más allá de la infancia y la pubertad, promovida y ahuspiciada desde la OCDE, (en aras de una sociedad de servicios, amnésica y conformista, de meros votantes y consumidores), ha sido una pieza clave de esta ingeniería social, de la que se avergonzarían los propios fundadores del PSOE.
Señores y señoras(o viceversa) de Ferraz: Creo humildemente, que a partir de los quince o dieciséis años, no tienen ustedes ningún derecho (ningún derecho moral, se entiende) a obligar a nadie a pasar seis horas, asitiendo a clases regladas. Ustedes no son los dueños del tiempo de los adolescentes y los jóvenes, ni de su voluntad. No son los dueños de sus vidas. Los muchachos son más listos y más capaces de lo que una cierta progresía, a mi juicio ideológicamente descaminada, cree y da, demasiado apresuradamente, por sentado. Todos somos responsables de “nuestros” jóvenes, pero no podemos pretender substituir su voluntad con nuestra motivación. Hay el derecho moral e intransferible a equivocarse, por mucho que a su buena conciencia de izquierdas, por mucho que a su buenismo, que a su populismo pseudodemocrático, les pese.
Si Pablo Iglesias (el otro), levantara la cabeza, creo honestamente que se avergonzaría de ustedes.
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