El Rooibos, nuestro mejor aliado en los albores del año

Aunque las Navidades ya no son más que un recuerdo y el año continúa avanzando imparable, a buen seguro que nuestro cuerpo aún no está recuperado del todo de los excesos que cometimos durante las fiestas. Todo ello, unido al desgaste físico y psicológico que acarrea la vuelta a la rutina diaria, el frío y los temidos procesos gripales o resfriados, hace que la sensación de cansancio, el nerviosismo o la irritabilidad se conviertan en una constante durante estos primeros meses del año.

Las infusiones son una excelente manera de que nuestro cuerpo alcance el tan ansiado equilibrio, no sólo por sus beneficios intrínsecos, sino, sobre todo, porque no hay nada más saludable que disponer de unos breves instantes para ti misma dedicados a disfrutar con tranquilidad de una buena bebida caliente.

 

En los últimos años hemos visto cómo las principales marcas de infusiones nos ofrecían diversos preparados con el rooibos como ingrediente esencial. Erróneamente denominado té, se elabora con las hojas de un arbusto originario de Sudáfrica y se caracteriza por su color oscuro, casi rojo. Además, carece de teína y, por tanto, de sus efectos excitantes y estimulantes, nocivos en períodos de mucho estrés. Entre sus múltiples propiedades beneficiosas podemos destacar las siguientes:

• Es un potente antioxidante, debido a la gran cantidad de flavonoides que contiene, y ayuda a combatir los radicales libres que favorecen el envejecimiento.
• Como la mayoría de las infusiones, es un gran aliado para mejorar los trastornos digestivos e intestinales.
• Ayuda a perder peso, ya que es depurativo y diurético y facilita la eliminación de toxinas del organismo.
• Es ideal para mantener una piel sana gracias a su cualidad antioxidante.
• Contiene flúor, calcio y magnesio, tres elementos básicos para el cuidado de nuestros dientes.
• Cuenta con propiedades antihistamínicas, por lo que mitiga los efectos de algunas alergias.

 

El rooibos solemos encontrarlo combinado con vainilla, canela, frambuesa, hibisco, jengibre… que aportan a la infusión un agradable y sugerente sabor. Por la mañana, aquellos días algo estresantes que no nos conviene afrontar demasiado nerviosas; después de comer para facilitar la digestión; o por la noche, para relajarnos después de una jornada agotadora… cualquier momento es bueno para cuidar de nuestro cuerpo y nuestra mente con dos simples gestos: calentar agua y prepararnos una sana infusión de rooibos.