EN BUSCA DE LA FELICIDAD LABORAL
Por Raquel Ortiz Bolfán , 26 enero, 2020
En plena expansión empresarial de la creatividad, de la polivalencia, de la búsqueda de una mayor productividad, de mejorar la competitividad en el mercado, de poder retener la gestión del talento, y sobre todo, de cómo sobrevivir en un mundo global donde los constantes cambios se producen diariamente, ha surgido el concepto de ¿qué valor estratégico incorporo en mi compañía, para impulsar esta gran transformación del siglo XXI?
En este seísmo socio-económico en el que nos encontramos, donde los modelos arcaicos hasta ahora utilizados no responden a la demanda social, ha hecho explotar sobre ingenieros del pensamiento, en nuevas fórmulas de compensación. Así que, entre la frustración de la generación Y (nacidos entre el 81 y el 93) y el inconformismo de la generación Z (nacidos entre el 94 y el 2010), ha desembocado en una crisis existencial a los de la generación X (nacidos entre el 69 y el 80), que habían sido los buscadores compulsivos del éxito profesional.
Ante toda esta dificultad, donde las personas se lo cuestionan todo, donde resurge una oleada emprendedora, y se produce más acción y decisión, ha renacido como un ave fénix, una nueva fórmula que los expertos auguran en un nuevo triunfo empresarial. Se ha apostado por dar mucho más valor al capital humano, donde son estos los que generan la riqueza en las empresas. Por tanto, se está implementando un nuevo prototipo de proyecto empresarial, “la felicidad o bienestar organizacional”.
¿Qué significa esta felicidad en el mundo laboral?
Significa un cambio de actitud por parte de todos los trabajadores, sobre todo los más jóvenes, donde se erradica el conformismo. Es decir, que el objetivo no es trabajar por trabajar, sino ser feliz trabajando.
Ya no existen los entornos equivalentes a espacios físicos donde se desarrolla una función, sino entornos emocionales que dan sentido al trabajo. Estas generaciones buscan el trabajo ideal, y no se conforman con que no se encuentra esta idealidad. Así que las compañías que generan ambientes de trabajo hostiles, que no tienen cultura de personas y no apuestan por este nuevo modelo de trabajo, no son fuentes de retención e inspiración para ellos y prefieren evitarlas.
¿Cuál es la fórmula mágica?
Adaptarse a la situación cambiante para poder tener éxito en la empresa. ¿Es un reto? Por supuesto, sobre todo para las compañías con la mentalidad cerrada. Pero el reto se produce en no seguir en la zona de confort y no evolucionar como negocio, porque todos los cambios siempre son difíciles. Como todo en la vida, no podemos anclarnos en el pasado, debemos aprender y mejorarlo, si fuera así, no estaríamos en la era digital. Así que sin miedo y siendo muy positivo, hay que:
- Analizar el asunto detalladamente.
- Establecer prioridades de actuación.
- Realizar un cambio de creencia política por parte de la dirección, sin ella no hay proyecto.
- Crear soluciones específicas reales.
- Fijar una buena comunicación del cambio.
- Iniciar el plan de acción.
Porque el talento investiga y busca qué compañía le puede facilitar sus necesidades, que son, flexibilidad, conciliación, desarrollo, reconocimiento, retroactividad, proyectos, comunicación, felicidad y positividad.
¿Será ésta la fórmula que incrementará la productividad, competitividad y satisfacción de las empresas? ¿Están preparadas mentalmente para realizar un cambio en la gestión del modelo hasta ahora aplicado? ¿Están capacitados todos sus directivos para abordar este proyecto?
…El tiempo no juega a favor pero, pone a todos en su lugar…
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