En el Partido Popular nunca pasa nada
Por Alicia Ibarra Gámez , 31 enero, 2014
Este fin de semana tendrá lugar en Valladolid la Convención Nacional del Partido Popular, la primera en la historia a la que no asistirá José María Aznar. ¿Casualidad? No lo creo.
En las últimas semanas, y más concretamente en ésta, el Gobierno ha sufrido un desgaste descomunal por diferentes frentes, que a día de hoy continúan abiertos. El primero de ellos es la reforma de la regulación de la Ley del Aborto, que sólo defiende el Ministro de Justicia Alberto Ruíz Gallardón. Y lo digo, por las últimas declaraciones de Nuñez Feijóo: “Estamos pegados a Portugal, no me gustaría que hubiera personas que cruzasen una frontera para hacer actos que en mi país no se admiten”. Un aborto es un “fracaso”, pero “una cosa es que sea un fracaso y otra es que se incluya en un Código Penal”, añadió.
La segunda estacada que han recibido los populares ha sido la suspensión de la privatización de la Sanidad Pública en la Comunidad de Madrid por parte del TSJ. Y ha llegado después de meses de protesta de la llamada “Marea Blanca”, donde la movilización ciudadana ha sido clave. En este caso ha habido un paso atrás y hasta una dimisión, la del Consejero de Sanidad Fernández-Lasquetty, cosa que sorprende dados los antecedentes del partido.
Y la última clave para entender por qué en el Partido Popular no pasa nada son las declaraciones de María Dolores de Cospedal en rueda de prensa, donde desmiente la ruptura del nucleo duro del PP con Mariano Rajoy. Y con ello no me refiero sólo a que José María Aznar no vaya a ir a la Convención Nacional por “cuestiones de agenda”, sino también a la negativa de Mayor Oreja respecto a las elecciones europeas y al tirón de orejas que María San Gil y Ortega Lara le han dado a nuestro Presidente.
Según la Secretaria General, en el Partido Popular no pasa nada; no hay fracturas ni convulsiones. Pues bien, los datos demuestran lo contrario; datos a los que habría que añadir el posible referéndum en Cataluña y las sombras del terrorismo en el País Vasco, que no hacen más que reafirmar la incapacidad del Gobierno para llevar ciertas cuestiones de evidente delicadeza.
Está claro que en el Partido Popular está habiendo discrepancias sobre determinadas cuestiones, que han hecho saltar a ciertos dirigentes como palomitas. No sé qué es más grave: si que el partido que gobierna nuestro país no se ponga de acuerdo o que pretendan hacernos creer que no está pasando nada.
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