En la era del Islam McGuffin
Por Nicolás Melini , 14 enero, 2015
7 de enero de 2015. Día de los atentados:
El horror del fanatismo criminal. Y en medio un montón de gente inocente, víctimas. Pero no nos engañemos, no es religión, o no solo, es política. Lo que el terrorismo pretende es sembrar el odio y abonar el terreno para que se creen dos bandos bien enfrentados, que no nos quede más remedio que el enfrentamiento. Ese sería su poder, los haría mucho más poderosos. Son unos verdaderos malnacidos, y los que se les oponen con virulencia muchas veces también persiguen empoderarse, hacer política… para ganar adeptos y ser poderosos. Esta lucha política beneficia tanto a los radicales islamistas como a Marine Le Pen y un largo etcétera de grupos que hacen política islamófoba. Ninguno de ellos nos quiere bien, van a lo suyo. No hay problema, el problema es que ellos quieren el problema porque les conviene. La respuesta adecuada es con las leyes en la mano. Justicia.
7 de enero de 2015
No es religión, es política. Hay demasiada gente con poder abogando por un mundo con dos grandes enemigos enfrentados a cara de perro, «ilustración» versus «islam» (y lo entrecomillo porque de lo que se trata es de versiones manipuladas de ambas cosas), “occidente” versus “islam”, a la manera de capitalismo versus comunismo. A mí me parece, la que pretenden, una ficción de muy mal gusto. La quieren pasar por inevitable. Es completamente evitable. El papel que se nos reserva en esa ficción es el de pequeños verdugos y/o víctimas.
8 de enero de 2015
Hay mucho intelectual “liberal” defendiendo las libertades –básicamente— de los de arriba, aplacando cualquier reclamación de libertad por parte de los de abajo (esto es: obviando tantas veces los ataques a las libertades del común por parte de quienes ostentan el poder económico y político). En algunos casos, no debiera ser. El liberal se enfrenta intelectualmente al absolutismo y obtiene libertades para el común. Leerle a Arcadi Espada –como hoy y demasiadas veces ya— eso de la «abrasadora superioridad moral de occidente», provoca una cierta arcada, precisamente una arcada liberal. En realidad, tal vez no sean tan liberales; son conservadores, y reaccionarios, y suelen tener mucho menos encaje de ideas distintas a las suyas que lo que dicen. Tiene gracia, esos “liberales” se ríen de la «supuesta superioridad moral» de la izquierda (y no digo yo que les falte razón en ciertas ocasiones, aunque exageren un poco, hasta el punto de denigrar a la progresía que incurre en el error de creerse moralmente superiora), ¡y luego proclaman “la abrumadora superioridad moral de occidente!». Tengo la sensación de que, taimadamente, y a veces ni siquiera, abogan por una Europa Le Pen enfrentada a esa abrumadora inferioridad moral de… no sólo los islamistas radicales: en esa abrumadora inferioridad que atribuyen a los otros, cabe muchísima gente, no solo los asesinos islamistas
8 de enero de 2015
Éxito de los terroristas, más terrorismo. En París, “alguien” ha hecho estallar un artefacto explosivo cerca de un donner kebab, y otro “alguien” ha lanzado dos granadas de mano contra una mezquita. La única respuesta posible es la policial y la judicial, contra todos los que atenten; lo único que nos salva y soluciona y arregla es el estado de derecho. Cuidado con emitir exabruptos islamófobos en internet. El otro día, un tipo dijo una barbaridad sobre lo del policía que fue empujado a las vías del tren y lo detuvieron. Si las autoridades saben lo que se hacen, actuarán tanto contra los que celebren las muertes de los periodistas de Charlie Ebdo como contra los que hagan apología de la violencia contra los musulmanes o llamen a tomarse la justicia por su mano.
9 de enero de 2015
La exigencia de algunos (Sostres & co.) de que los musulmanes den la cara y salgan y se manifiesten en contra de los atentados yihadistas de París, es una idea con trampa. Lo que quieren es identificar al supuesto enemigo para poder atacarle políticamente, un modo de crear un estatus quo que les interesa, en el que ellos sean protagonistas (sí, los musulmanes también serían protagonistas, pero para mal). Es mejor que no salgan a decir que condenan los atentados. Ya lo hacen las organizaciones oficiales relacionadas con su religión. Lo hacen siempre, aunque algunos pretenden que no se enteran o que no es suficiente. O muy tontos. O malas personas que esperan sacar algo de los atentados.
9 de enero de 2015
¿Quién era el Presidente de Francia cuando estos 2 hermanos terroristas (los hermanos Kouachi) eran niños e iban a la escuela?
En Madrid hay colegios gueto. No creo que la situación en Madrid sea tan tremenda como parece que ha sido en algunos barrios de París las últimas décadas, pero tampoco parece que el problema del terrorismo de este tipo haya terminado aquí. Y este terrorismo también se debe a problemas de índole social; falta de expectativas, pocas razones para identificarse con su propio país.
¿Quiénes son los gobernantes de España durante este tiempo en el que hay colegios gueto en España? ¿Se harán responsables si, en el futuro, uno de esos niños españoles atenta?
10 de enero de 2015
El humor de Charlie Hebdo es indispensable. Y por supuesto que no es ni racista ni islamófobo.
En un primer momento, la decisión de tantos medios de comunicación de Estados Unidos de no publicar sus dibujos puede resultar muy decepcionante. Sí, el miedo es comprensible. Sí, a muchos nos gustaría que hicieran una defensa más valiente de la libertad de expresión. Cómo es posible que «falle» EE.UU. en eso. Lo cierto es que allí tienen muy arraigada una suerte de cultura de la no agresión mediática a las creencias de ningún grupo humano, que nosotros no llegamos a compartir. Muchas de las cosas que leemos por aquí, allí son impensables, incluso penadas (y aquí no son penadas ni aunque se haya legislado que lo sean). Tal vez seamos más liberales. Tal vez seamos más cafres. Podemos hacer un millón de consideraciones sobre ello. Pero es evidente que EE.UU. se posiciona del lado de la religión, enfrente de ateos y blasfemos.
11 de enero de 2015
¿Vieron anoche la Noche Temática de TVE? El reportaje no llega a ISIS, se centra en el proceder de “Al-Qaeda en el Magreb”, pero lo mismo sirve para hacerse uno una idea de lo que está pasando. 2 cosas: el «verdadero» enemigo, armado y dispuesto a todo, se encuentra tan lejos de poder hacernos un daño real (a occidente, a nuestros valores, a nosotros mismos) como que 1. se trata de cuatro gatos, 2. no tienen la complicidad de prácticamente nadie en el mundo islámico, 3. se trata, no de musulmanes, sino de grupos que quieren tomarse el poder por su mano, sobre todo, el poder de los débiles gobiernos locales; amenazan a occidente, pero el poder de occidente les queda muy lejos y muy grande, y, de hecho, les queda tan lejos y tan grande como que tienen que tratar de legitimarse en zonas como el desierto o estados medio desmantelados como Iraq, 4. el peligro real para nosotros es que se hagan con zonas de las que proceden los recursos energéticos con los que funcionamos, como el petróleo y el gas que nos llega por Argelia (habrá quien objete que nuestra captura de esos recursos no es legítima, habrá a quien no le importe si lo es o no lo es, hay muchas consideraciones que hacer en ese debate, que nunca se produce pero ya va siendo inevitable). Atentar en Francia, por tanto, a los yihadistas les sirve, primero, para tratar de «legitimarse» en su lucha por obtener el poder local allí donde se encuentran; es «prestigio» para lo local, primero de todo, y publicidad para lo global, después de todo. Aprovechan internet para tratar de hacerlo global y para atraer a jóvenes que viven en occidente y se encuentran perdidos, sin salida, sin futuro. Por supuesto, no es una cuestión religiosa, sino de poder (el Islam es una coartada), ellos se dedican a secuestrar, traficar, degollar, etc., lo que les aleja mucho de ser lo que, por regla general, se conoce por buenas personas musulmanas –o “buenos musulmanes”, a secas—, entre los que habrá de todo (1.157 millones, estimado en todo el mundo, contra los apenas miles de yihadistas que tratan de afianzar su poder por medio de la violencia). Las principales víctimas de esos yihadistas son los propios musulmanes que se encuentran en las áreas en las que los yihadistas pelean por el poder local. Hablamos de cientos de miles de víctimas musulmanas. Cuando una de esas víctimas, aunque sea una sola, se produce en occidente, nuestra histeria lo magnifica y convierte en una amenaza global de proporciones abrumadoramente superiores a las reales: como cuando se ha producido un contagio de ébola entre nosotros. Hay que saber quién es el enemigo y quién nos quiere hacer daño de verdad y cuál es la fuerza real que tiene y dónde nos puede hacer daño y por qué, con qué objetivo y con qué consecuencias (las reales, no las de la histeria y los pruritos y los intereses de otros grupos que lo usan para hacerse poderosos localmente, aquí). Vayamos «acostumbrándonos» (informándonos para dirimir rápidamente y no hacer el ridículo de la “histeria ebólica”); esto va a ser así, posiblemente, durante mucho tiempo, y se cobrará más víctimas.
11 de enero de 2015
Tratamos a los musulmanes de España (1.732.000 personas, nacidas aquí y/o venidas de otros lugares), como si fueran «otra cosa», como si «no fueran nosotros», o su religión no fuera «parte de este país». No es así y eso tiene que cambiar.
13 de febrero de 2015
Ante la imagen de la cabecera de la manifestación de las autoridades políticas contra el terrorismo yihadista convertida en un meme en el que se sustituye el eslogan Je suis Charlie por Je suis hypocrite:
si ejerces mal el poder, te deslegitimas (Tremenda la deslegitimación obtenida por Bush en su respuesta al 11 de septiembre, y la cosa continúa).
«Únicamente estamos obligados a obedecer a los poderes legítimos». El contrato social. Jean-Jacques Rousseau
13 de enero de 2015
Completamente de acuerdo con J.J. Armas Marcelo.
«El multiculturalismo es un fracaso. La gente habla sin saber. El multiculturalismo es todo lo contrario del interculturalismo y genera el gueto, con todas sus consecuencias tribales y marginales. El interculturalismo es mestizaje, y de ninguna manera es asimilación, sino todo lo contrario. La ley es igual para todos, en deberes y derechos. La asimilación le exige al inmigrante convertirse en un ciudadano que debe adaptarse absolutamente al nuevo país y debe abandonar todas sus creneicas y principios: es totalitarismo. El interculturalismo sólo exige cumplimiento de la ley del país al que se llega a vivir, no que se pierdan costumbres y tradiciones, salvo las que estén por encima de las leyes de los ciudadanos. El multiculturalismo reproduce los errores del país de origen y no acepta el mestizaje. Me declaro una vez más partidario del interculturalismo y del mestizaje, me declaro enemigo directo y activo del multiculturalismo y de la asimilación. Se usan con profundo desconocimiento estos términos y sus conceptos en los medios de información. Un error que confunde a mucha gente».
Lo que toca no es el multiculturalismo (ahí estamos), sino el interculturalismo, un paso más. El multiculturalismo es una etapa anterior al interculturalismo y estuvo bien y sirvió para la convivencia. Varias culturas viven juntas pero no revueltas. Unos en un sitio y otros en el otro. Se han de respetar: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Pero, en estos momentos, Libertad, Igualdad, Fraternidad es un eslogan que está muerto, que no nos sirve para afrontar estos problemas porque es tan solo un barniz que se le pone por encima a la sociedad, sin que suponga un verdadero pegamento social: las fisuras culturales siguen en medio y siempre hay alguien dispuesto a meter una cuña política para separar. El paso que toca es el interculturalismo, el mestizaje, allí donde ya no es necesario apostillar Libertad, Igualdad, Fraternidad, porque es así de facto. Lo decía por aquí: tratamos al millón setecientos mil musulmanes españoles como si fueran otra cosa, como si no fueran nosotros. He ahí una fisura terrible. Todo el debate que se ha producido a raíz de los atentados de París se encuentra minado por expresiones que delatan que no nos creemos que seamos lo mismo (ateos, cristianos, musulmanes, gnósticos, judíos…). Lo que antes fue pegamento (Libertad, Igualdad, Fraternidad) ahora es mero barniz. Los mediáticos «guardianes» de la civilización occidental (Arcadi Espada, Salvador Sostres, Federico Jiménez Losantos, Daniel Arjona, etc.) esgrimen la secularización de la sociedad propiciada por la Ilustración de un modo que es excluyente, para segregar.
14 de enero de 2015
Habrá que recordar a cierta progresía para qué, más o menos, sirven las teorías conspirativas. Aquí hemos padecido una nada más y nada menos que 10 años.
14 de enero de 2015
Nos encontramos en la era del Islam McGuffin.
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