ENCONTRAR TU PROPÓSITO EN LA VIDA
Por Raquel Ortiz Bolfán , 23 diciembre, 2024
Seguro que muchas veces nos hemos encontrado perdidos en una encrucijada buscando nuestro sentido en la vida. Hay un punto de inflexión, donde las piezas del rompecabezas no encajan y por mucho que queramos controlar, no encontramos ese fragmento.
Cuando somos niños, nuestros padres dirigen nuestra vida y nos enseñan el camino a seguir según su mejor criterio. Comenzamos con nuestras primeras palabras, aprendemos a caminar, a caer y a levantarnos con dignidad. Nos indican qué y cómo estudiar, cómo comportarnos en diferentes situaciones, cómo debería ser nuestro primer amor y cuál debería ser nuestra profesión. Todo tiene un significado para nosotros porque nos forman con convicciones y valores, y aunque carecemos de experiencia previa, no le damos importancia, puesto que nuestras necesidades son otras y la carga de responsabilidad recae sobre ellos. Sin embargo, al llegar a la edad adulta, esa responsabilidad pasa al 100% sobre nosotros. Nuestra visión del mundo se distorsiona con la realidad, que está llena de distracciones, barreras, insatisfacción y expectativas. El universo se convierte en un viaje desconocido e impredecible.
Intentamos seguir unos cánones preestablecidos por la sociedad, metas, aspiraciones, valores, trabajo, familia, todo al servicio de lo que nos impulsa nuestro día a día casi sin pensar. Vamos en la dirección del reloj que nunca se detiene, llegando a un punto, donde esa imparable velocidad que seguimos, nos hace frenar inmediatamente para intentar exhalar oxígeno, debemos detenernos para seguir avanzando. Este momento crítico es el determinante para saber que debemos reflexionar porque hay algo que no funciona. Y aquí es donde nos surgen todas las incertidumbres posibles. Las preguntas son muy variadas e individuales, ¿realmente lo que hago me apasiona? ¿y si no quiero tener hijos? ¿Y si no me siento atraída por mi pareja? ¿y si ahora tengo la necesidad de viajar? ¿y si lo que estoy estudiando no me gusta? ¿y si siento que este no es mi lugar?
Este autoanálisis, es posible que aparezca en algún momento emocionalmente inestable y puede convertirse en una crisis existencial, por eso es sumamente importante el control y tu misión o propósito. ¿Por qué? Porque representa la implicación, la responsabilidad y el compromiso, es un anclaje en estas difíciles situaciones, ya que te proporciona una razón y un objetivo para seguir adelante. Los beneficios de tener un propósito son inmensos, pero lo más importante son su actuación como columna vertebral que guía nuestras acciones y decisiones, reduciendo la sensación de confusión en nuestra vida. Enfrentarse a un momento decisivo en nuestra trayectoria, ya sea personal o profesional, es más fácil si contamos con un propósito. Esto al menos reduce la incidencia o dificultad del desafío. Ahora bien, ¿todos tenemos un propósito? Aunque no lo creamos la respuesta es SÍ. Si dudas, piensa en todo lo que has logrado hasta ahora.
El propósito puede cambiar a medida que alcanzamos nuevas metas y enfrentamos nuevos desafíos. Cuando comenzamos nuestro camino solitario en nuestros inicios, nuestras necesidades son distintas a las actuales y, posiblemente, a las futuras. Todo está relacionado con las condiciones necesarias en nuestra vida, vinculadas a nuestro conocimiento, ética y moral. Kant lo expresó con sus tres famosas preguntas: ¿qué puedo conocer? ¿qué debo hacer? y ¿qué puedo esperar?
No obstante, hay quienes no encuentran su propósito, y esto requiere un largo viaje de exploración, autorreflexión, iniciativa y experimentación. Para esto, se necesita tiempo y paciencia, virtudes escasas en este mundo tan caótico y dinámico. Siempre es necesario buscar para encontrar, caer para levantarse y llorar para reír. Descubrir lo que nos apasiona y en lo que somos buenos es crucial, ya que nos puede evitar andar a la deriva sin un rumbo fijo.
Mientras tanto, la ruleta sigue girando y el tiempo sigue pasando. Recuerda, es muy importante la responsabilidad y el compromiso, cuando la vida gira, todo lo que te pasa en ella, no forma parte de tu responsabilidad, pero SÍ, de las respuestas que tú das, tanto si son positivas o negativas, hay que afrontarlo, RESPONSABILIDAD y no buscar culpables.
¿Es fácil verdad? ¿Lo es la vida?
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