Entrevista a Destin Cretton por “Las vidas de Grace”
Por Israel Paredes , 24 julio, 2014
Las vidas de Grace fue una de las sorpresas del cine independiente norteamericano del año pasado y se estrena esta semana en nuestro país. Segundo largometraje de su director, Destin Cretton, la película parte de un corto anterior del cineasta y de su experiencia tras trabajar en un centro de acogida de menores. Mediante un acercamiento directo, con una cuidada puesta en escena, el director nos introduce en el día a día del trabajo del centro a la par que en la vida de Grace, una excelente Brie Larson, quien debe enfrentarse a una crisis personal. Cretton toma los modos del cine indie norteamericano para apropiarse de su discurso visual y construir una película en la que cada plano y cada encuadre poseen sentido, rehuyendo el acercamiento sentimental a los jóvenes y a las situaciones, buscando que la emoción que pueda surgir de la historia se produzca, paradójicamente, gracias a la distancia de su estilo.
Hemos podido conversar con Destin Cretton acerca de Las vidas de Grace:
-Las vidas de Grace parte de un cortometraje anterior y de tu experiencia trabajando durante dos años en un centro de acogida de menores, ¿Por qué decidiste explorar esta experiencia en un largometraje?
En el cortometraje no pude extenderme tanto como quise sobre muchos temas e historias, y después de un tiempo sentí la necesidad de desarrollar más aquella experiencia. No había pasado demasiado tiempo pero sí el suficiente como para tener un poco más de perspectiva, lo cual terminó por animarme definitivamente para empezar a escribir el guión de un largometraje.
-Sobre tu experiencia en ese entorno, ¿cuánto hay de ella en la película?
Aunque he intentado que la mirada y el estilo sean directos, es una película de ficción y hay muchos elementos que no corresponden con mi experiencia. Durante dos años entrevisté a gente que trabajó conmigo así como antes y después para lograr todo tipo de historias que completaran mi experiencia. No quería que fuera una mirada subjetiva, muy personal, sino que la película estuviera construida a base de miradas diferentes sobre el trabajo y sobre cómo puede llegar a afectar anímicamente, por ejemplo, porque cada uno lo recibía de una manera. Por otro lado, el personaje de Grace tiene mucho de varias personas, pero al final el personaje se fue construyendo en gran medida gracias a las aportaciones de Brie Larson.
-Brie Larson realiza una interpretación muy personal, muy particular, y en gran medida es el alma de la película. ¿Cómo lograste que se involucrara en el proyecto?
Había visto a Brie en varias películas y me gustaba mucho su forma de interpretar. Cuando terminé el guión y estaba pensando en el casting me vino a la mente que ella podría ser la perfecta Grace. Contacté con ella y le hice llegar el guión; días después hablamos durante horas. Estaba entusiasmada con el proyecto, le gustaba mucho tanto la historia como su personaje y no dudó en embarcarse en la película. Trabajar con ella fue muy sencillo durante el rodaje, y fue construyendo junto a mí el personaje. Aunque no improvisamos demasiado, interiorizó mucho a Grace, creía en ella, en su evolución. Por ejemplo, el pasado de Grace, que poco a poco va aflorando, Brie lo trabajó mucho para que al final acabase resultando natural.
-El estilo de la película está muy lejos de cierto cine de Hollywood, sobre todo en cuando éste se acerca a temas sociales, y más cercano al cine independiente, aunque con la suficiente personalidad como para no caer en algunos de los tópicos que han estandarizado éste.
La verdad que tenía claro nada más empezar a rodar el estilo que quería, pero no pensé mucho si iba a ser o no muy comercial o si gustaría en los circuitos indies. Crecí en Hawaii, y allí el único cine que llegaba cuando yo era pequeño era cine comercial que fue con el que crecí y el que me animó a estudiar dirección. Después llegué a otro tipo de películas: las nuevas olas de los sesenta, el cine independiente norteamericano, a Cassavetes, al indie de los noventa… Mi formación en este sentido ha sido fragmentaria en el tiempo pero al final completa. A la hora de rodar Las vidas de Grace no tuve ninguna referencia clara en mente, pero entiendo que de una manera u otra alguna habrá surgido sin buscarlo.
-¿Te sientes cercano al mumblecore?
Me interesa mucho y creo que están haciendo cosas muy interesantes y que hay cineastas muy buenos, pero no tengo mucho que ver, al menos Las vidas de Grace. No improvisé prácticamente nada, había realizado un storyboard que, aunque con modificaciones, seguí casi al pie de la letra. Tenía muy en mente la puesta en escena que quería para la película. Sí improvisamos alguna cosa sobre la marcha, pero no en el sentido del mumblecore. Pero me gusta mucho su manera de trabajar.
-Por ejemplo, comentabas antes que Brie fue desarrollando el personaje de Grace según avanzaba, supongo que habrá algo de improvisación a este respecto. Por otro lado, se trata de un personaje complejo, ambiguo, muy cambiante, ¿cómo lo trabajasteis?
En efecto, el personaje de Grace estaba cerrado en cuanto a lo que le sucedía de principio a fin, pero Brie introdujo matices que lo hacían más complejo. No era sencillo porque la película gira alrededor de ella, y en gran medida le da sentido. Es un personaje rodeado de negatividad y tiene que luchar con ella y seguir siendo positiva, seguir hacia delante. Pero de repente todo se desmorona a su alrededor y no tiene más remedio que enfrentarse a sí misma, a su pasado, a sus miedos. Y todo esto tenía que estar en consonancia con la historia del centro. Y creo que Brie hizo un excelente trabajo, porque dejó que el personaje fuera creciendo durante el rodaje.
-Has rodado en digital, ¿cómo fue la experiencia?
Bueno, no conozco otro formato de rodaje porque siempre he trabajado en digital. Y la verdad que me gusta mucho. Permite rodar con varias cámaras a la vez desde diferentes puntos sin que ello suponga un mayor coste de producción, permite repetir tomas sin que el dinero sea un problema del todo y ver rápidamente los resultados. Me interesa enormemente lo que está haciéndose en el terreno del digital, como por ejemplo el trabajo de David Fincher.
-Al comienzo y al final de la película vemos a Grace montando en bicicleta y, a diferente del resto de la película, abres el plano completamente, marcando una diferencia con la forma, ¿por qué ese cambio de composición de los planos? Hay un claro contraste con la manera en que filmas los interiores del centro…
Es cierto, son diferentes. La idea era, como dices, diferenciar esos momentos del resto. Ella sale al exterior del centro, se aleja de todo y de todos, y todo parece abrirse para ella, como si hubiera realmente aire a su alrededor. Para los interiores buscamos que las paredes, las puertas, los muebles, la propia arquitectura del edificio, se correspondieran con los encuadres de los planos para crear cierta claustrofobia, incluso asfixia. Se trata de trabajar lo físico para transmitir sensaciones internas. Por eso cuando sale al exterior, el plano debía abrirse, sin restricciones, sin límites.
–La película se abre y se cierra con Mason contando dos historias sobre su experiencia en el centro y al final de las mismas sucede lo mismo. Se crea un sentido de círculo, como si Las vidas de Grace fuera una historia más del centro, una entre tantas, pero da consistencia y sentido al relato.
Sí, esa era la idea. Es una historia más y quería que quedara cerrada, pero a la vez, dejando claro que todo continúa en realidad. Cada día en un centro como el que aparece en la película es diferente al resto, pero a su vez es igual que al resto. Hay algo monótono, como en casi todo, pero también algo distinto, aunque esta distinción sea algo puntual. Por otro lado, hemos asistido a la historia de Grace, quien ve cómo su día a día se tuerce cuando entra en crisis, y cuando ésta pasa quería que todo quedara cerrado.
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