Esteban Navarro: “Mi momento de mayor inspiración es la noche”
Por Sheila Alcocer Testón , 23 marzo, 2016
El escritor y policía Esteban Navarro. Fotografía de José Miguel Soler.
¿Qué hace un murciano de nacimiento viviendo en Huesca?
Es una cuestión profesional, soy funcionario del Cuerpo Nacional de Policía. Mi último destino había sido Cataluña, pero a raíz del despliegue de los mosos de escuadra, se redujo la plantilla de la Policía Nacional de Barcelona, donde estaba destinado. Como cada vez la policía tenía menos competencias, opté por marcharme a Huesca por estar suficientemente próxima a Barcelona y así no perder el vínculo con la familia, pues mi mujer es de allí. Hace 14 años de eso y estoy muy contento. En la Policía ya llevo 22.
¿Entonces se puede decir que compaginas la escritura con tu profesión?
Sí, de hecho siempre que voy a algún acto me presentan como policía- escritor, pero con el tiempo espero ser escritor- policía, pues un día me jubilaré o pasaré a segunda actividad en la Policía y entonces seguiré con mi trayectoria literaria por encima de la policial. La edad establecida para pasar a la reserva en la Policía son 55 años, ya me queda poco como ves, y entonces ya seré más escritor que policía.
Lees desde que tienes ocho o nueve años, pero ¿cuándo comienza tu pasión por la escritura?
El primer documento que yo recuerdo es mi diario, el cual tenía una lengüeta donde se ponía un candado, aunque muy endeble, que era un signo de que eso era algo secreto, algo tuyo y que nadie podía leer, donde escribías tus pensamientos y todas aquellas cosas que no te atrevías a decir o que te ocurrían. Entonces mi primera incursión en la literatura fue con el primer diario que me regalaron con ocho años. En él escribía relatos y demás que no conservo debido a los múltiples traslados que he tenido.
¿Piensas que gracias a tu profesión has podido construir mejor las tramas de tus novelas?
Sin lugar a dudas. De hecho, mi profesión y la literatura policíaca que escribo son dos facetas que se retroalimentan entre sí. Creo que si no hubiera sido policía no habría podido escribir mis novelas, que las escribo desde dentro, no necesito documentarme, excepto cuando pregunto cosas puntuales a algún compañero que está en algún departamento como policía científica donde yo no me desenvuelvo. El hecho de empaparme de mi profesión, ha sido la mejor documentación para escribir mis novelas.
¿Qué significó para ti la plataforma KDP (Kindle Direct Publishing)?
Para mí ha sido quizá el punto de inflexión entre no publicar y publicar. Hasta que desembarcó Amazon en el año 2011, yo tenía tres novelas terminadas que no había conseguido publicar: La casa de enfrente, El buen padre y El reactor de Bering; y gracias a Amazon, a quien siempre estaré agradecido, las pude subir a la plataforma y darlas a conocer. Las puse en diciembre del 2011 y en enero de 2012 ya me llamó Ediciones B para adquirir los derechos de algunas de mis novelas. Pero fue porque vieron que estaban en el top de los libros más vendidos en Amazon, si no hubieran estado ahí, no las habría visto la editorial y quizá ahora tú y yo no estaríamos hablando. Entonces soy consciente de que Amazon ha hecho mucho por mí y por los autores de mi generación.
Explícame a qué se refieren los directivos de Amazon cuando dicen que eres uno de los fundadores de la Generación Kindle.
Esto es porque en febrero del año 2012 Ediciones B, principalmente, y otras editoriales, ya habían fichado a una serie de autores, desconocidos hasta entonces, pero que se habían ido colocando en el top de los más vendidos de Amazon. Entonces dentro de ese grupo de autores que nos empezábamos a relacionar a través de las redes sociales, yo puse un tweet en el que decía: “¿Alguien se ha dado cuenta de que estamos ante una nueva generación de autores? Quizá nos podríamos llamar la generación Kindle”. A la semana siguiente salió un artículo en la prensa en el que ya nos llamaban la generación Kindle y Amazon reconoció que era yo el que había bautizado de alguna forma a este grupo de autores del libro electrónico.
¿Piensas que en tu caso te han ayudado considerablemente las redes sociales a darte a conocer?
No solo han ayudado, están ayudando. Yo creo que un escritor que no se desenvuelva en las redes sociales, no tiene la visibilidad para ser conocido. Tus lectores te siguen a través de ellas, por tanto pueden saber donde vas a estar, donde vas a firmar. Eso va creando una especie de grupo de gente que, si tiene interés, sabe cuándo vas a publicar. Por ello, yo a las redes sociales les doy una importancia muy amplia. Sobre todo soy constante, creo que eso es fundamental.
Por tanto, se podría decir que eres muy activo en las redes sociales
Sí, soy activo y prolífico. Suelo poner un tweet a las 06:00 de la mañana, cuando me levanto para ir a trabajar, y siempre pongo lo mismo (mis seguidores ya me conocen), es mi rutina diaria junto con tomarme el café y leer la prensa, además de añadir lo que voy a hacer ese día. Es una rutina para empezar, soy un abanderado del orden, pues es lo que nos hace rentabilizar nuestro tiempo; si no hay orden, no sabemos hacer las cosas bien. Entonces por la mañana siempre tengo que tomar mi café (soy un cafeinómano) y leer la prensa (suelo comprar tres o cuatro periódicos). Hay que empezar el día leyendo la prensa, porque para mí es muy importante saber todo lo que ocurre, y no solamente para eso, sino porque es una fuente de ideas.. La escritora inglesa Anne Perry dijo en una de sus entrevistas en la que estuve presente que saca las ideas para sus novelas leyendo la prensa. La literatura que se hace ahora es contemporánea, se escribe novela policíaca actual, entonces la prensa es el mejor documento gráfico que tenemos para escribir. Y las redes sociales no son más que una extensión de la prensa. Pero tu propia vida personal y conocer el mundo en el que vives, ya es una fuente de inspiración para tus libros. Uno tiene que escribir de lo que conoce porque de otra manera te tienes que documentar, y en cierta manera, el que está escribiendo es el que te ha documentado a ti.
¿Cuál es tu momento del día de mayor inspiración?
La noche… la noche por la tranquilidad, por la soledad, porque no hay interrupciones de teléfono, ni de correos, ni mensajes. También por el silencio, y porque por la noche uno está más cansado y la capacidad creativa se acentúa, pues te centras especialmente en lo que tienes que hacer. Sobre todo la franja de la una hasta las tres de la mañana es el tiempo en el que soy capaz de crear e inventar más. Yo que he trabajado muchos años en el turno de noche en la policía, para mí tiene una magia especial. Cuando estoy patrullando en el silencio de la noche y observo las ventanas que tienen luz a las tres de la mañana en grandes edificios, pienso que es gente que está leyendo, escribiendo, viendo la televisión.
¿Qué sentiste al quedar entre los seis finalistas a optar por el Premio Nadal en 2013?
Me pilló en una época de transición. Cuando fui finalista en el Nadal solo tenía publicada una novela y era un recién llegado, por eso envié mi novela La noche de los peones con mi nombre y apellidos, porque no me conocía nadie, era como un seudónimo para el jurado. Cuando me vi allí que me lo comunicó un amigo, para mí fue como un premio solamente el ser finalista del Premio Nadal. Fue un cúmulo de sensaciones que recordaré durante mucho tiempo.
¿Qué libro te has sentido más orgulloso de haber terminado, por haber supuesto un reto mayor?
Precisamente el del Premio Nadal, La noche de los peones, porque es un libro distinto a los que suelo escribir normalmente, es una novela más intimista. La historia es la de dos amigos que se conocen desde pequeños, se han criado juntos, pero uno termina siendo policía y el otro, delincuente. Al cabo de unos años se encuentran por avatares de la vida. Es una novela de corte introspectivo, en la que pongo mucho de mí. Pero a todas mis novelas las quiero por igual, no puedo elegir, y como se suele decir: mi mejor novela está por llegar.
¿Te ves escribiendo otro tipo de género distinto a la novela negra o policíaca?
Me gustaría. Escribí novela infantil con El lodo mágico y de ciencia ficción, El reactor de Bering. Este tipo de género siempre me ha llamado la atención. Pero yo pienso que ya me he encasillado y realmente lo que mis lectores esperan de mí es una novela policíaca. Además, me da pereza y miedo el ponerme ahora a experimentar. Tengo 11 novelas, de estas, 7 son en papel. Son novelas que gustan, yo ahora confundiría a un lector si de repente sacara una novela de cualquier otro género. Creo que ya hay autores que escriben novelas de otro tipo y que son muy buenos, para qué voy a invadir su terreno.
¿Estás inmerso en algún proyecto actualmente, aparte de El buen padre, o tienes uno nuevo en mente? ¿Puedes avanzarme algo?
El 11 de mayo publico en papel mi novela El buen padre, que es una novela antigua. Y en septiembre, El reactor de Bering. En la que estoy trabajando actualmente, y que estoy terminando, es una novela policíaca al estilo de La noche de los peones, pero más ambiciosa, no es la típica novela negra, va más allá. Y saldrá para febrero de 2017.
Y así, con esta intriga angustiosa, nos deja este escritor murciano, que a pesar de haber nacido en Moratalla un 18 de marzo de 1965, su profesión le ha llevado hasta el norte de la península, donde además de conocer a la que ahora es su mujer, ha encontrado la estabilidad profesional que buscaba para poder seguir creando las novelas policíacas a las que nos tiene acostumbrados.
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