F. C. Barcelona, S.A
Por Jordi Junca , 12 enero, 2015
5/1/2014, gerencia@fcb.com
Me han comentado que Leo dijo que había agregado a los de Chelsea a su lista de amigos, qué raro, toda una tragedia, éste se nos va seguro. Le preguntaron el otro día qué planes tenía, si le gustaba la empresa y estaba cómodo con su puesto y el tipo, hombre de pocas palabras como siempre, respondió que está a gusto pero que, bueno, sí, nunca se sabe al final lo que a uno le deparará el futuro. Estamos consternados, nuestro mejor empleado, quién nos lo iba a decir. Y eso que aún no sabes lo peor. No se lo digas a nadie, pero me han confirmado que al final de la jornada del pasado sábado, el jefe y él discutieron acaloradamente delante de todo el mundo. No me gusta hablar de ello, pero lo que me ha llegado no es muy alentador. Compañero, días aciagos para la empresa, el cliente está inquieto, la competencia se frota las manos. Al parecer, Leo le dijo a Luis que lo quería fuera, que sus días con nosotros habían terminado. Bien, yo no me lo invento, eso es lo que me han dicho, no sé, me da a mí que lo hemos perdido de veras. Mal asunto, por lo visto Luis lo había castigado y al final, cuando ya no había mucho más que hacer, volvió a confiar en él para que le sacara las castañas del fuego. Pues claro, demasiado tarde, y supongo que a la postre Leo se lo recriminó. Yo no estaba allí, como comprenderás, pero tuvo que ser algo así. En fin, esperaremos a ver qué es lo que sucede en los próximos días.
8/1/2014, gerencia@fcb.com
No traigo buenas noticias, más bien todo lo contrario. La verdad es que la cosa está fea, alguien debería decirle a nuestro empleado cuál es su lugar, al fin y al cabo no es más que eso, un empleado, pero a día de hoy es imprescindible y él lo sabe. Demasiado tarde como para negárselo, no ahora que vuelve a ser el de antes. Se me ocurre algo, podemos decirle al encargado, el bueno de Luis, que destense la cuerda, qué sé yo, por lo menos que no discutan allí donde puedan escucharlos. Lenguas viperinas, ya se sabe, de algo así no puede salir nada bueno. Y eso no es todo. El otro día me aseguraron que Leo había pedido la cabeza del jefe. ¡Un amotinamiento! ¿Qué habremos hecho mal? Confiaba en que no fuera nada, habladurías, conversaciones de ancianas en la escalera. Nada de eso, al contrario, esto es muy serio, compañero, la empresa se desmorona. El caso es que me han facilitado algunas informaciones de última hora que confirmarían que estamos en lo cierto. O se va Luis o se va él, un ultimatum en toda regla. Cómo se atreve, con todo lo que hemos hecho por él, subidas de sueldo, permisos vacacionales extra…no puedo dar crédito. Según me cuentan ya ha empezado a enviar su CV a otras empresas de Europa, y claro, desde luego muchas de ellas estarían dispuestas a pagarle lo que pide. Un desastre, ya te digo, un desastre. Y no contento con lo de aquella compañía londinense, ahora ha añadido a sus contactos a esos snobs de Manchester. O Luis o Leo, no puedo creer que esa sea ahora la cuestión. En cualquier caso, te mantendré informado.
11/1/2014, gerencia@fcb.com
Compañero, querría hablar contigo de nuevo. ¿Recuerdas lo que te conté acerca de Leo? Pues bien, cómo ya te dije, no eran más que rumores de ancianas de escalera. De verdad, me lo acaban de contar hace apenas unos minutos. Se ve que discutieron, eso sí, pero supongo que uno siempre puede tener sus diferencias siempre y cuando impere el respeto. Luis dice que sus empleados están con él, y por su parte Leo asegura, según se comenta por ahí, que él jamás pidió la cabeza del jefe. La verdad es que yo ya sabía que todo lo que se decía no podía ser cierto, ni media palabra, era evidente que alguien pretendía desestabilizarnos. No sé, alguien de la competencia, o quizás algún otro empleado resentido. El caso es que vamos a seguir adelante, estoy seguro. Piénsalo, la jornada de ayer fue perfecta, Leo estuvo más activo que nunca y Luis parecía estar mucho más tranquilo. En fin, olvidemos y pasemos página, como si nada hubiera ocurrido.
12/1/2014, gerencia@fcb.com
Compañero, intentaré ser breve. Esta semana no reparamos en disgustos, Leo lo ha vuelto a hacer. Han hablado con él esta mañana, eso me han dicho, y le han preguntado dónde se ve el año que viene, ya sabes, cuáles son sus intenciones. El tipo, de pocas palabras como siempre, ha respondido que le gustaría seguir aquí pero que uno nunca puede saber lo que le deparará el futuro. Empieza a irritarme que no hable con claridad, aunque por lo menos esta vez Luis no está en el fregado. De todas formas, tal vez debamos hablar con él de una vez por todas y sonsacar qué hay de cierto y qué no, de lo contrario los clientes dejarán de apoyarnos y eso es algo que no nos podemos permitir. Hay que zanjar el asunto, de inmediato, aunque con delicadeza. Quizás tengamos que esperar un poco, a fin de cuentas Leo nunca ha dicho que se quisiera ir a ningún lado. Ya se sabe. Rumores, amigo, uno no debería confiar en ellos si no se sabe ni de dónde vienen ni a dónde van.
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