Fotografías habladas (II): urbanismo sin urbe
Por Alfonso Vila , 26 enero, 2014
No piensa. Es como todas. No piensa. No tiene sentimientos. Si pensara se preguntaría qué hace ahí, por qué nadie la apaga ni la enciende, cuál es el sentido de su existencia. Esta farola está en una calle que no es nada más que un trozo de asfalto perdido en la inmensidad de un paramo frío y seco. Una calle que tampoco se pregunta por su lugar en el mundo. Una calle sin casas, sin edificios, sin nada más que una acera vacía y unas cuantas farolas que no se aburren ni se sienten solas ni acumulan rencor contra unos hombres que las crearon para ser útiles y las condenaron a la más absoluta y dolorosa inutilidad. Esta farola no siente ni piensa. No pude entender las palabras de los hombres: crisis, burbuja inmobiliaria, error de cálculo, exceso de confianza en el mercado, bolsa de valores… Mejor para ella.
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