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Foxcatcher, de Bennet Miller

Por José Luis Muñoz , 8 febrero, 2015

foxcatcher__spanA más de un espectador le puede echar para atrás una película que gira alrededor del deporte, pero parece que a Bennett Miller (Nueva York, 1966) los temas deportivos le van: ahí está su película anterior, Moneyball, protagonizada por Brad Pitt.  Falso temor, porque el deporte es la excusa pero no el centro de Foxcatcher, película que tiene muchas opciones para los Óscar de Hollywood, cinco nominaciones.

El director de Capote, la versión protagonizada por el desaparecido Philip Seymour Hoffman, toma una historia real sucedida en los 80, la de los atletas de lucha grecorromana, los hermanos Mark (Chaning Tatum) y Dave Schultz (Mark Ruffalo), oros olímpicos, y la extravagante, más bien enfermiza, relación que establece con ellos el multimillonario John du Pont (Steve Carell), un mecenas empeñado en ser su entrenador con el objetivo de ganar las olimpiadas de Seul. Con suma habilidad, Bennett Miller hace pivotar, a mitad de la película, la atención desde los hermanos atletas, cuya relación entre ellos es más paterno filial que fraternal por la ausencia de padres, al millonario excéntrico y reaccionario—compra un carro blindado al ejército para tenerlo en el jardín; tiene un helicóptero y avión privado; organiza cenas benéficas para su propio lucimiento; paga documentales para protagonizarlos; cede su campo de tiro al cuerpo de policía local—cuyo comportamiento se va haciendo cada vez más extraño.

Foxcatcher no es una historia de redención a través del deporte, algo muy común  en ese tipo de películas, ni una historia de perdedores a la manera de Million Dollar Baby de Clint Eastwood o El luchador de Darren Aronofsky, aunque la vida de los hermanos luchadores no sea precisamente un camino de rosas. La relación, cada vez más asfixiante, entre John du Pont y el más joven de los hermanos, Mark, paternofilial o veladamente homosexual, evidencia la absoluta carencia afectiva de ese multimillonario que lo puede comprar prácticamente todo salvo el afecto. Una de las mayores decepciones de mi infancia fue comprobar que mi mejor amigo lo era porque le pagaban para serlo, confiesa a su patrocinado.

Consigue hacernos entrar Bennet Miller en la extraña coreografía de la lucha grecorromana—asistimos a las largas sesiones de precalentamiento y entrenamiento, a los abrazos, que parecen tiernos, de esos cuerpos musculados que buscan derribar al contrario, a las secuencias del pesaje previo a los combates y a la drástica pérdida de peso en noventa minutos para poder participar en la competición—, que nos interesemos por los intríngulis de un deporte que apenas conocemos y goza de escaso glamour, y lo hace a través de escenas metódicas y repetitivas, muy lejos de la épica de las películas de boxeo.

Al tono cada vez más tenebroso de este melodrama basado en hechos reales contribuye una fotografía fría, con nieve en las secuencias finales, el vacío espacial de esa enorme mansión que el megalómano Du Pont se construyó en uno de los terrenos en donde se libró una importante batalla de la guerra de la independencia, y el dolor que transmiten las brillantes interpretaciones del trío protagonista. Chaning Tatum borda su papel de luchador callado, introvertido, de rabia contenida que estalla en contadas ocasiones—cuando destroza la habitación del hotel tras perder un combate y después de atiborrarse de comida basura—; Mark Ruffalo imprime ternura a su personaje de hermano mayor que vela por el menor, está siempre atento a su estado de ánimo y lo entrena a conciencia; y  Steve Carell, especializado en papeles cómicos, da la campanada interpretativa al encarnar a ese multimillonario reaccionario y despótico, que odia todo lo que ama su anciana madre (Vanessa Redgrave brilla en su breve aparición con belleza magnética), su aristocrática cuadra de caballos, y ama un deporte, la lucha libre, que no pudo practicar por el desprecio materno hacia él.

Como el Charles Foster Kane de Ciudadano Kane, el John du Pont de Foxcratch, nombre de la finca en la que antaño se cazaba el zorro siguiendo la estricta tradición británica de la aristocracia norteamericana, es un infeliz solitario que no tiene quien le ame. Ni pagando.

Título original: Foxcatcher
País: EE.UU
Año de producción: 2014
Género: melodrama deportivo
Duración: 134 minutos
Director: Bennet Miller
Estreno en España: 06/02/2015

 

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