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Fractales poéticos

Por David Acebes , 13 mayo, 2014

    En definición de Benoît Mandelbrot, un fractal es un objeto geométrico cuya estructura básica, fragmentada o irregular, se repite a diferentes escalas. El término, propuesto por este matemático polaco en 1975, deriva del latín fractus, que significa quebrado. Existen fractales naturales como el romanesco, la coliflor o el erizo de mar. Para mejor comprensión, veamos la fotografía de un romanesco:

 ROMANESCO

   (Inciso paranoico: Aunque el término todavía no había sido propuesto por la comunidad científica, Dalí ya hablaba en 1954 de las “granulaciones logarítmicas del girasol y de la coliflor” como modelos a imitar en su arte. Véase, verbigracia, esta fotografía donde observamos, en el interior de su casa, la concha de un erizo de mar que Dalí tenía a modo de ornato doméstico).

 INTERIOR CASA DALÍ

   ¿Existen fractales en poesía? Sí, por supuesto. Existen –gracias a la teoría de la imitatio– estructuras básicas (léase, versos), fragmentados o irregulares, que se repiten a diferentes escalas. Pongamos, como ejemplo, este verso de Ovidio: “Cum vice mutata qui sim fuerimque recordor”. Pues bien, este simple verso ha dado origen, a lo largo de la historia, a los siguientes fractales:

 

-Si volse a rietro a rimirar lo passo (de Dante).

-Quan’io mi volgo in dietro a mirar gli anni (de Petrarca).

-Cuando me paro a contemplar mi estado (de Garcilaso de la Vega).

-Cuando me paro a ver mi baxo estado (de Gil Polo).

-Volviendo por las horas que he perdido (de Juan de Mal Lara).

-Quando os olhos emprego no passado (de Luis Camoens).

-Quando me paro a contemplar mi estado (de Sebastián de Córdoba).

-Cuando me paro a contemplar mi vida (de Fray Luis de León).

-Quando me vuelvo a contemplar los años (de Enrique Garces).

-Cuando imagino de mis breves días (de Lope de Vega).

-Cuando me paro a contemplar mi estado (de Lope de Vega).

-Quando me paro a contemplar mi estado (de Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo).

-Quando vuelvo en mí considerando (de Gregorio de San Martín).

-Cuando me vuelvo atrás a ver los años (de Francisco de Quevedo).

Quado me paro cotemplar mi estado (de Miguel de Colodrero Villalobos).

-Mas quando a contemplar, tal vez me paro, (de Manuel de faria y Sousa).

Quando me paro a contemplar mi llanto (de Miguel Botelho de Carvalho).

-Quado me paro a cosiderar mi estado (de Fray Paulino de la Estrella).

-Quando reparo y miro lo que he andado (de Gonzalo de Córdoba).

-Quando me paro a ver el duro (de Antonio de Solís y Ribadeneyra).

 

   Probada, en consecuencia, la existencia de fractales poéticos, creo oportuno aplicar las técnicas del análisis fractal a aquellos poemas, cuyos rasgos de simetría sean sospechosos de presentar propiedades fractales. De este modo, entiendo que si un poema es similar en el sentido mencionado a otro étimo, puede ser considerado fractal y, por tanto, tendría al menos el mismo valor intrínseco que el primero, pudiéndole sumar –a mayores- nuestras propias actitudes poéticas. Entiéndase: Si el poema X vale X. Tras la aplicación del método fractal a un poema, tendremos que Y es igual a X (valor del poema étimo) + Y (valor de las actitudes poéticas de Y).

 ALFOMBRA DE SIERPINSKI

   Para proceder a la aplicación de este método, necesitamos proveernos de dos elementos; por un lado, una alfombra de Sierpinski (ver fotografía superior), conjunto fractal construido por el matemático (también de origen polaco) que le dio nombre y, por otro lado, un poema para ser fractalizado. Elegimos el Soneto XIII de Garcilaso de la Vega.

 

A Dafne ya los brazos le crecían

y en luengos ramos vueltos se mostraban,

en verdes hojas vi que se tornaban

los cabellos que al oro oscurecían.

 

De áspera corteza se cubrían

los tiernos miembros, que aún bullendo estaban,

los blancos pies en tierra se hincaban

y en torcidas raíces se volvían.

 

Aquel que fue la causa de tal daño

a fuerza de llorar, crecer hacía

el árbol que con lágrimas regaba.

 

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño!

¡Que con llorarla crezca cada día

la causa y la razón por que lloraba!

 

   A continuación, creamos nuestra propia alfombra de Sierpinski y la aplicamos, directamente, sobre el poema. Ver foto.

 SONETO CON ALFOMBRA DE SIERPINSKI

   Como se puede observar, nuestra alfombra contiene 40 agujeros blancos en los que podemos leer las 40 palabras que transcribo a continuación:

 

A Dafne ya los —— le crecían

y ———————— se mostraban,

en ————— vi que se tornaban

los cabellos que al —————–

 

De ———————- se cubrían

los tiernos miembros, que — bullendo estaban,

los —————————————–

y en ————————————-

 

—– que fue ———————–

a fuerza de —————— hacía

————————————-

 

¡Oh ———————— tamaño!

¡Que con ——————————

——————————————.

 

   Lo siguiente que hacemos es levantar el velo negro de la alfombra y comprobar el resultado.

 

  Voilà. He aquí un soneto nuevo, reescrito por un servidor, conservando sus propiedades fractales y que reinterpreto, desde un punto de vista erótico, dando lugar a una construcción poética completamente distinta, y que puede ser leída con detenimiento y placer.

 

 

 Adenda: En un futuro no muy lejano, abordaremos la polémica cuestión de por qué determinados poemas, y algunos sonetos en particular, contienen propiedades fractales que les hacen ser más propensos que otros a la aplicación de este método. En tal sentido, me veo en la obligación de recordar el soneto remake que Jorge Fernández Gonzalo, ganador del premio Hiperión en 2004, compuso con ocasión de su imprescindible ensayo Filosofía zombi, y donde el autor describe la metamorfosis de su musa en lastimero zombi.

 

A Dafne ya los brazos le caían,

y en huesos y tendones se mostraban;

y cual madeja vi que se tornaban

los cabellos que ahora oscurecían.

 

De pústulas y costras se cubrían

los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:

los blancos pies en tierra se clavaban,

y en inmundos andrajos se volvían.

 

Aquel que fue la causa de tal daño,

a fuerza de morder, menguar hacía

el cuerpo de la ninfa, ya difunto.

 

¡Oh miserable plaga! ¡Oh mal tamaño!

¡Que con morderla disminuya al punto

la causa y la razón que perseguía!

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