Ganó la izquierda

Digámoslo claramente: la izquierda ganó, en España, las elecciones europeas. La victoria pírrica del PP, que ni ellos mismos se atrevieron a celebrar, y la derrota del PSOE, que Elena Valenciano tuvo la valentía de asumir, lo que le honra—cuesta mucho oír a dirigentes políticos pechar con sus derrotas—, supone, de facto, el fin del bipartidismo —los, hasta ahora, dos grandes partidos políticos del país, que se han ido turnando en el gobierno de la nación, no han conseguido conjuntamente el 50% de los votos y han perdido el 30% de su electorado—algo que es un serio varapalo de la ciudadanía para los partidos que han amparado en sus filas a los corruptos.

Pero vayamos a las matemáticas y hagamos esperanzadoras extrapolaciones, ya que estas europeas, sin la nefasta ley de Hont que tanto perjudica a los pequeños partidos como beneficia a los grandes, despedazando el valor democrático de un hombre/un voto, abren un futuro esperanzador para el país.

La derecha ha conseguido en estas elecciones europeas, si sumamos a los votos del PP los de Coalición por Europa, que engloba a los partidos nacionalistas de derechas de las distintas comunidades, y Ciudadanos, que no sé si son de derechas o de izquierdas, ni por quien se decantarían en el caso de que sus diputados fueran necesarios para arropar a un gobierno de izquierdas en el país, los 4.054.703 votantes del PP, los 848.059 de Coalición por Europa y los 493.038 de Ciudadanos suman 5.395.800 votantes. La izquierda, o el centro izquierda, si consideramos a los  3.580.221 votantes del PSOE, los 1.555.275 de Izquierda Plural, los 1.239.133 de Podemos, los 1.010.411 de UPyD, 628.392 de L’Esquerra, 332.881 de Los Pueblos deciden y 298.128 de Primavera Europa, suman 8.644.441 votantes. Una diferencia clamorosa de 3.248.641 a favor de los votantes de izquierda, 2.248.000 si UPyD se alinea con la derecha. Si estas elecciones europeas se extrapolan a las nacionales y si, previsiblemente, gracias al milagro Podemos que en 4 meses y con 132.000 euros de gastos en campaña ha recogido el voto indignado y lo puede multiplicar por el efecto éxito que arrastre a su formación a buena parte de la abstención, el infausto gobierno nacional del PP tiene los días contados.

En un futuro escenario, deseable desde mi punto de vista, podrían sumar fuerzas la Izquierda Plural y Podemos y constituir una Syriza a la española que sobrepase al desgastado PSOE por la izquierda. Si el partido fundado por el difunto Pablo Iglesias, que seguramente vería con muy buenos ojos al joven y entusiasta homónimo dirigente de Podemos, opta por un gobierno de coalición con el PP, como aboga veladamente algún jarrón chino de su partido, el centroizquierda habría firmado su sentencia de muerte definitiva.

Así es que celebremos esta victoria pírrica del PP que realmente es la victoria de la izquierda sociológica que siempre tuvo España.

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