Goodbye Anfield
Por Iván Trapero , 18 mayo, 2015
Este fin de semana el planeta fútbol, sufría de nuevo una despedida muy sentida y emocionada. Típica historia de amor que se da en las películas, pero que en el deporte de hoy, y concretamente en el fútbol de hoy, raramente se puede dar, debido a la seducción pecaminosa que protagoniza el dinero.
Esta historia, cuando yo se la cuente a mis hijos o mis nietos, hablará sobre un pequeño joven que con tan solo 18 «añitos«, debutaría en un gran club histórico como el Liverpool. Pocos años después empezó a convertirse en un jugador continuamente titular incluso muy importante, y de hay a «The Captain», tendré que inventarme algo entre esos años que hay por medio antes de ser el capitán, porque sinceramente, solo recuerdo a Gerrard toda la vida como el capitán.
Un capitán del fútbol moderno, con una base y una nobleza de carácter antiguo, y es que estos jugadores ya no campean por los terrenos de juegos como si nada, porque la lealtad y la fidelidad en cualquier situación en tu vida es signo de admiración, y de un gran recalcó en la personalidad de alguien, y Steven lo ha llevado durante 17 años, 709 partidos, 185 goles y 10 títulos después. Es por ello, que jugadores en peligro de extinción como él, y contados más, en sus despedidas se les debe de expresar todo, como el mítico Anfield y su extraordinaria afición hicieron el fin de semana pasado, ya que los aficionados del Liverpool, no fueron a ver el partido de final de temporada del equipo, sino que se dirigían a tener una cita con la historia, y ese día solo fueron para ver el fin de una época y la despedida de posiblemente si no es el mayor mito «Red» uno de sus mayores mitos.
El partido fue lo de menos ya que sería también el único «manchón» en la despedida de Gerrard, el Liverpool perdería 1-3 contra el Crystal Palace, aunque era un simple trámite de una despedida ya que se empezo el partido ovacionando al mítico jugador, y con el pitido final, un detalle curioso es que el arbitro, tras terminar el partido se dirigió a saludar a Gerrard, y esos detalles hablan mucho de alquien.
Es entonces, cuando ese sonido del silbato te indica el final de algo grande, y abre la puerta a las emociones, las lágrimas, y a los recuerdos vividos, como el más emocionante en su carrera el vivido en Estambul: Gerrard anota un gol en la histórica remontada del Liverpool contra el Milán en la final de la Champions de 2005. Liverpool, que comenzó perdiendo 0-3, ganaría el título en los penaltis. Para mi uno de los partidos mas bonitos que he podido ver en mi vida.
Pero el fútbol tiene que seguir, y Gerrard deja Anfield para jugar en los Angeles Galaxy con un viejo conocido como es Robbie Keane, le deseo toda la suerte del mundo y que las lesiones le respeten.
Para terminar esta historia que les contaría a mis hijos, solo les diría por último, que fue un jugador enamorado de su club, que nunca se vendió, que siempre le recordaré con su mismo corte de pelo, con su característico tiro desde fuera del área, y con ese «8» a la espalda que siempre será suyo.
Y es que muchos dicen, Gerrard se ha ido sin conseguir una Premiere con el Liverpool, y yo les digo, no hará conseguido una Premiere, pero lo que ha conseguido para el Liverpool, y para las miles de personas aficionadas al fútbol es muchísimo más que una Premiere.
Goodbye The Captain.
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