Infanta
Por Francisco Delgado-Iribarren , 27 junio, 2014
Los tres hermanos De Borbón y Grecia, junto con Iñaki Urdangarín
Las relaciones entre hermanos nunca han sido fáciles en todos los casos, y esto es así desde los tiempos de Adán y Eva hasta los rabiosamente modernísimos de Felipe VI y la Infanta Cristina. En el Génesis, que es uno de los libros constitutivos de mi adolescencia y una saga fascinante que recomiendo a todos los amantes de la literatura, se escriben los conflictos más diversos y desgarradores entre hermanos.
Es bien sabido que Caín, el labrador, mató a Abel, el pastor, por pura envidia. En concreto porque el Señor no hizo caso de las ofrendas del primero y sí de las del segundo. Después de consumado el homicidio inaugural, el Señor preguntó a Caín: “¿Dónde está tu hermano Abel?” A lo que contestó con el célebre: “No lo sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?” Conocer este episodio es trascendente si queremos pasar de ser un país cainita a ser un país abelita.
Menos conocido en detalle es el capítulo de Esaú y Jacob. El segundo se la jugó al primero en dos ocasiones. Le sacó los derechos de primogenitura a cambio de un plato de lentejas, aprovechando que el mayor se encontraba exhausto tras una jornada de caza. Más tarde, con la complicidad de su madre Rebeca, suplantó a su hermano para recibir las bendiciones postreras de su padre Isaac. Con estos precedentes, Esaú se puso hecho un basilisco y amenazó con repetir la de Caín, pero esta vez, gracias de nuevo a su atenta madre, Jacob pudo escapar.
Para terminar este repaso a la Historia Sagrada, que no siempre santa, recordemos el impactante ejemplo de José, el hijo de Jacob. Por una mezcla de envidia y antipatía sus hermanos mayores planearon matarle y tirarle a un pozo. Rubén, el mayor de los diez, les disuadió y les pidió que le hundieran en el pozo, pero vivo, porque tenía la secreta intención de liberarle. Mientras le tenían confinado Judá vislumbró el negocio y convenció a los demás para venderle a unos comerciantes que pasaban por allí, camino a Egipto. Total, que Rubén acabó rasgándose las vestiduras y a Jacob le dijeron que su hijo había sido devorado por una fiera. La familia completa no se reencontró y reconcilió hasta años más tarde, cuando José era gobernador supremo de los egipcios.
También los hermanos Borbón han tenido en la Historia sus más y sus menos. Valga como máximo exponente Carlos María Isidro, el hermano de Fernando VII, que dio nombre a las tres guerras carlistas, dos contra la Reina su sobrina Isabel II y la tercera contra el Rey su sobrino nieto Alfonso XII. A pesar de no haber ganado ninguna de ellas, en España sigue habiendo partidarios del carlismo, como hay partidarios de la II República y del archiduque Carlos de Austria.
La Infanta Cristina está en estos minutos imputada por delito fiscal y blanqueo de capitales. Veremos cómo acaba este asalto entre el juez y el fiscal del caso Noos. Castro versus Horrach es ya uno los grandes combates de boxeo de todos los tiempos. El respetable aguarda expectante, entre la presunción de inocencia y la de indecencia. Si el Rey perdiera el afecto de una hermana le quedaría el de Doña Elena, la que llora con sus éxitos. Una cosa es ser monárquico y otra transigir con el choriceo. En el comunicado de la Casa Real que expresa su “pleno respeto a la independencia del poder judicial”, se oye a Don Felipe decir: “¿Acaso soy yo el guardián de mi hermana?” Aquí Dios contestó: “La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra”. Pero en este caso lo que clama al cielo son los latrocinios de Iñaki Urdangarín, quizá con la complicidad de la infatuada e infausta Infanta.
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