Jericó, el infinito vuelo de los días, de Catalina Mesa
Por José Luis Muñoz , 13 noviembre, 2017
Meridiano ejemplo de la premisa minimalista del menos es más aplicada al documental social sin despreciar un cierto pintoresquismo turístico. La colombiana Catalina Mesa se pone tras la cámara y deja que actúen libremente ante ellas ocho mujeres de edad avanzada y diversa extracción social que tienen un denominador común aparte del generacional: habitan en la bonita villa de Jericó, en Antioquía, Colombia, espléndidamente fotografiada con vivos colores, y han sobrevivido a sus parejas, algo bastante habitual.
Sin pretensiones aparentes la cámara sigue a esas mujeres en sus actividades cotidianas (jugando a las cartas en un club social, elaborando tortas en su horno particular, sacando el polvo a las imágenes de una iglesia, adecentando sus casas…). Retratos de mujeres normales que se convierten por un instante en actrices explicando sus propias vidas y extrayendo de ellas una filosofía próxima al carpe diem en la que prima la devoción religiosa, el humor y las ganas de vivir. Si una se lamenta de que el color oscuro de su piel haya frustrado algún noviazgo, otra habla de su experiencia como maestra rural y su pasión por el viaje que abre las mentes y una última, sin dramatizar en extremo, de cómo uno de sus hijos desapareció secuestrado por la guerrilla y aun no pierde la esperanza de encontrarlo.
Jericó, el infinito vuelo de los días es un homenaje a la vida sencilla y plácida con banda sonora de los mambos de Pérez Prado y los boleros de Los Panchos. Catalina Mesa propone a través de ese microcosmo rural y un tanto idílico un retrato de una Colombia alejada de los tópicos tremendistas marcados por la droga, la guerrilla y el terrorismo de estado.
Título original Jericó, el infinito vuelo de los días
Año 2016
Duración 78 min.
País Colombia
Dirección Catalina Mesa
Fotografía Catalina Mesa
Género Documental
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