Juan Rosell también le hace la campaña a Podemos
Por José Luis Muñoz , 2 diciembre, 2014
Tengo el presentimiento de que Pablo Iglesias va a ocupar pronto la Moncloa, aunque confío que haga como Mújica, el ético expresidente de Uruguay, y siga pernoctando en su apartamento, conserve su coleta y recupere el piercing que se dejó en el cajón de su mesita de noche. Tuve esa visión cuando nadie daba un duro por él, cuando dudé, a la hora de votar en las elecciones europeas, y mi vista tropezó con la papeleta de Podemos que metí en el sobre y a continuación en la urna porque todo olía a podrido en Dinamarca.
Están sucediendo fenómenos paranormales que indican que la formación de la ilusión pueda arañar el poder en España. Hoy, por primera vez, he visto muy preocupado en un debate televisivo a Francisco Marhuenda, el director de La Razón, que, sin saberlo ni ser esa su intención, le hace la campaña a Podemos cuando abre la boca. Resulta que el juez Pablo Ruz, que gustaba tanto a la derecha, es, según el periodista próximo al PP y, sobre todo, a Mariano Rajoy, sospechoso de izquierdista, juez estrella equivalente a Baltasar Garzón, manipulador, etc. etc. porque cierra el sumario del caso Gürtel, o caso PP, en vísperas de que el presidente del gobierno hable de regenerar la vida política—chiste de escasa gracia—, para fastidiarle la función, haciendo pública la lista inabarcable de imputados del PP, y señala a Ana Mato, la maravillosa ministra de Sanidad por todos muy querida, como beneficiada a título lucrativo por la red corrupta como lo es el PP (Ana Mato dimitió; uno esperaba que lo hiciera Mariano Rajoy a continuación, pero no). Cuando todos creíamos que Pablo Ruz era un juez apacible, demasiado tibio y poco expeditivo, que pedía los ordenadores de Bárcenas cuando el PP había borrado ya los discos duros, resulta que es de extrema izquierda, de Podemos. Ver a Francisco Marhuenda atacar con tanta saña a Pablo Ruz ha sido uno de los momentos estelares del día; verlo mirar a derecha e izquierda, desabrocharse el cuello de la camisa, porque viene Podemos, otro.
Quien también hace campaña para Podemos es Juan Rosell, el jefazo de la patronal que lo tiene fácil en su cargo después de sustituir a su antecesor Gerardo Díaz Ferrán que está en la cárcel. El líder de la patronal, que suele hablar mucho, incluso cuando no se le pregunta, y tiene opiniones para todo, aconseja a los dos grandes partidos, que han dejado de serlo y por esa razón les aconseja, que pacten, que cierren filas para cerrar el paso a Podemos. Coincide el patrón de patrones con ese otro líder socialista llamado Felipe González que también aboga por ese gran pacto de estado que cierre las puertas a la formación emergente y liquide, de paso, a lo que queda de su partido. Si Juan Rosell y Felipe González coinciden en el diagnóstico y la medicina, y los dos tienen miedo de que Podemos alcance el poder, es que la formación ilusionista tiene muchos números para conseguirlo.
Mientras tanto el nuevo líder de Pedro Sánchez, que debe sin duda su liderazgo al ascenso de la formación que lidera Pablo Iglesias, del mismo modo que Felipe VI también le debe haber subido al trono antes de tiempo, preguntado por periodistas sobre esa alianza entre los dos partidos que ven que su tiempo se acaba, no descarta acuerdos hasta con el diablo, es decir, hasta con el PP.
Deglutido IU en las fauces hambrientas de Podemos, la formación surgida de la indignación del 15M ha puesto su punto de mira en el PSOE que fundara ese otro Pablo Iglesias hasta el punto de que ya su programa económico, dicen, tiene mucho de socialdemócrata, que ahora es como decir extrema izquierda del mismo modo que pedir que se cumpla la Constitución es ser antisistema.
Podemos apenas se mueve para ir escalando posiciones en las encuestas porque siguen siendo los otros los que le están haciendo la campaña.
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