La importancia de España en el nuevo ámbito energético internacional
Por Lucía Berruga Sánchez , 7 abril, 2014
La reciente crisis entre Rusia y Ucrania ha generado un debate sobre el suministro energético de Europa, ya que este depende en gran medida de Rusia, haciendo que España se sitúe en el punto de mira, ya que debido a su situación geoestratégica es un importante punto de conexión con el norte de África y la cuenca Atlántica.
Para evitar estos problemas de suministro energético, Antonio Merino, director de Estudios y Análisis del Entorno de Repsol, sugiere que habría que: “incrementar la producción interna, acelerar la constitución de reservas estratégicas y aumentar las interconexiones comunitarias para mejorar el abastecimiento, de manera que maximizaría la diversificación de fuentes y minimizaría los costes de almacenamiento ante riesgos de cortes de suministro”.
A la hora de diversificar las fuentes, EE UU pasaría a ser un socio muy importante al que habría que añadir Latinoamérica (Brasil, México, Perú, Trinidad y Tobago…), el norte de África, Nigeria y Angola, donde España es el único país europeo con conexiones, la cuenca mediterránea, Azerbaiyán y el mar Caspio, donde existen enormes reservas de gas.
A pesar de toda esta diversificación, no sería viable cortar el suministro ruso, entre otras cosas porque no alcanzaría para abastecer ni con mucho la demanda europea, con lo que Rusia seguiría como principal suministrador de la UE pero esta diversificación ayudaría a mantener unos precios asequibles.
Actualmente se están diseñando planes para remediar estas carencias en los que se está dando prioridad a la construcción de una red común que conecte los países de la Unión Europea que consiste realizar interconexiones entre los países con flujos bidireccionales, almacenamientos subterráneos, añadir conexiones internacionales y buscar fuentes de suministros alternativos.
Es en este punto donde reside la importancia de España, que cuenta con siete plantas de regasificación que, junto con la que hay en Portugal, supone la mitad del total que tiene Europa, 19 tanques de almacenamiento y es el punto de unión de Europa y África a través de los dos gasoductos que conectan España con Argelia, uno directamente y otro vía Marruecos.
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